Mundo Obrero: ¿Cómo era su vida en el Reino Unido antes del viaje a Paquistán?
Rual Ahmed:
Había dejado la enseñanza secundaria y había empezado a hacer un curso superior, pero lo dejé y en ese momento estaba trabajando para una empresa que clasificaba correo.

M.O.: ¿Cuál fue el motivo del viaje a Paquistán y cómo fue la detención posterior en Afganistán?
R.A.:
Fuimos a Paquistan a la boda de un amigo, éramos tres, y de aquí fuimos a Afganistán.

M.O.: ¿En qué momento se produjo su viaje?
R.A.:
Fue un mes después del 11 de septiembre.

M.O.: ¿En el momento de la detención, a qué centro son trasladados?
R.A.:
Fuimos a Sheberghan, en el norte de Afganistán. Nos detuvo la Alianza del Norte, que es el gobierno que sustituyó el gobierno talibán, y nos llevaron detenidos a esa ciudad. El centro de detención estaba bajo el control de la Alianza del Norte.

M.O.: ¿Cuáles eran las condiciones en este centro de detención?
R.A.:
Las condiciones eran muy duras y recibimos maltratos. Durante un mes no nos dieron comida, apenas agua. Teníamos que dormir 35 personas en una pequeña habitación de cinco metros por cinco y las condiciones en general, durante toda la detención, tanto aquí como en Guantánamo fueron muy duras.

M.O.: ¿Qué tipo de información recibieron por parte de las autoridades de este centro de detención en Afganistán? ¿Fueron informados de los motivos de la detención?
R.A.:
No, nunca se presentaron cargos de ningún tipo, nunca recibimos ningún tipo de información ni tampoco nos interrogaron durante el mes que estuvimos allí. La Alianza del Norte nunca nos interrogó, simplemente nos daban palizas.

M.O.: ¿Y llegado el momento en qué los trasladan del centro de detención hacia Guantánamo, qué les dicen? ¿Cómo les anuncian el traslado?
R.A.:
No se presentaron cargos de ningún tipo ni ninguna otra información. No nos informaron de dónde nos iban a trasladar tampoco. Simplemente lo hicieron.

M.O.: ¿Cómo fue el traslado desde Afganistán hasta Guantánamo?
R.A.:
Nos dieron un mono de color naranja y nos lo tuvimos que poner como los prisioneros de grado A en los Estados Unidos, de alta seguridad, y también nos dieron grilletes, una especie de gafas y unas orejeras. En el avión íbamos todos atados tal como aparece en los fotogramas de la película Camino a Guantánamo.

M.O.: ¿Cómo se siente en el momento en que es consciente de que el destino es Guantánamo? ¿Cómo vive la situación?
R.A.:
Bueno, yo después de estar un mes en el norte de Afganistán, estuve seis semanas en Kandahar con un trato también muy malo, entonces llegar allí no era ninguna sorpresa, solo esperaba lo peor, o sea, más de lo mismo.

M.O.: ¿Cuáles eran las condiciones de los prisioneros en Guantánamo?
R.A.:
La mejor descripción que te puedo dar es un zoo, como están los animales en el zoo y vas a visitarlos pues así es más o menos.

M.O.: ¿Cuánto tiempo estuvo Usted recluido en régimen de aislamiento?
R.A.:
Varias veces, pero el periodo más largo fue de cinco meses.

M.O.: ¿Después de la reclusión en aislamiento, cuáles eran las condiciones a las qué pasó? ¿Cuál era la relación con otros presos? ¿Podía tener cierta comunicación con ellos?
R.A.:
Cuando sales del aislamiento, te devuelven al bloque normal de detención, que son una especie de jaulas. Y una vez allí estás igual que antes de entrar en aislamiento, sin ningún cambio, lo qué pasa es que aquí puedes ver a los otros dentro de las jaulas.

M.O.: ¿Veía a sus dos compañeros? ¿Cuál era la situación?
R.A.:
Durante los primeros dieciocho meses estábamos separados y no nos vimos en ningún momento. Sólo pude verles durante el último año, que nos pusieron juntos.

M.O.: ¿Qué agentes practicaban los interrogatorios y qué tratamiento recibía durante estos interrogatorios?
R.A.:
Había interrogadores militares de los Estados Unidos, después FBI, CIA y también cinco de Gran Bretaña y cada agencia tenía sus métodos diferentes de interrogatorio.

M.O.: ¿Usted es ciudadano británico, qué tratamiento recibía por esta condición? ¿Qué información recibía por parte de los oficiales británicos?
R.A.:
Cada seis meses venían oficiales británicos a interrogarnos: por qué fuimos a Afganistán, qué hacíamos en Paquistan y en Afganistán, etcétera y a interesarse por nuestro estado. Yo creo que esto simplemente formaba parte de un procedimiento y era una víctima.

M.O.: ¿Tiene Usted constancia o conocimiento de la presencia de funcionarios de otras nacionalidades europeas y, concretamente, de funcionarios españoles?
R.A.:
Conocí allí a dos ciudadanos españoles, uno de Madrid y otro de Ceuta. Con éste último compartí celda durante seis meses y sé por él que fueron funcionarios españoles a interrogarlos.

M.O.: ¿Y qué le contaba su compañero de celda de Ceuta sobre estos interrogatorios y sobre el rol de los funcionarios españoles en Guantánamo?
R.A.:
Nada en concreto. Sé por este compañero que los funcionarios españoles vinieron más de una vez y le hacían preguntas sobre cómo fue arrestado, qué hacía allí … este tipo de preguntas más o menos similares a las qué nos hacían a nosotros los funcionarios británicos, pero no recorde que me dijera que le habían preguntado por su estado de salud.

M.O.: Uno de estos dos prisioneros españoles declaró posteriormente que después de los interrogatorios de los funcionarios españoles, era torturado por los agentes norteamericanos que estaban a cargo del campo. Querríamos saber qué opinión le merecen estas declaraciones y también si se producía la misma situación en el caso de los ciudadanos británicos.
R.A.:
Allí la tortura era normal. El hecho de sufrir una paliza después de ser interrogado por los funcionarios de un país no era nada anormal, en ese momento o en otro.

M.O.: ¿Durante los interrogatorios, era constante la presencia de altos funcionarios europeos o de otros lugares por todo el mundo aparte de norteamericanos, británicos y españoles?
R.A.:
Sí. Sé por un detenido alemán que estaba conmigo, que el gobierno alemán envió funcionarios, y por detenidos franceses que el gobierno francés también había enviado funcionarios. En cuanto a países europeos, no conozco la existencia otros diferentes a Alemania y Francia. De fuera de Europa, sé de la existencia de enviados por Arabia Saudí, Yemen, Paquistán … estos gobiernos enviaron funcionarios.

M.O.: ¿Cuáles eran los métodos de tortura utilizados en Guantánamo?
R.A.:
En primer lugar, las torturas físicas, que consistían en hacer interrogatorios muy prolongados en posiciones forzadas. Después estaban los abusos sexuales, que en mi caso no hubo pero sí sé que los sufrieron, sobre todo, detenidos de la Península Arábiga. Y la tortura psicológica la utilizaron, sobre todo, con los hombres que tenían familia, que tenían mujer, hijos … entonces utilizaron esa parte de sus vida para torturarlos, para amenazar a las familias, para detener la comunicación con sus familias … Ellos sufrieron mucha más tortura psicológica que los que éramos solteros o independientes.

M.O.: ¿En un principio el campamento recibió el nombre de Rayos X, cree que la decisión de filmar por primera vez de manera muy explícita la situación de los presos respondió a una estrategia deliberada por parte de Estados Unidos?
R.A.:
Creo que la principal estrategia era la de deshumanizarnos, humillarnos, que entendiéramos que no valíamos nada.

M.O.: ¿Durante su estancia en Guantánamo, como veía su futuro? ¿Veía la posibilidad de ser liberado?
R.A.:
Pues no pensaba en el futuro porque cuando fuimos trasladados nos dijeron que era para seis meses y cuando pasaron esos seis meses todo siguió igual. Yo pensaba que simplemente iba a permanecer allí, hacerme viejo y morir.

M.O.: ¿Y cómo fue el momento de la entrega? ¿Como se lo comunicaron y como fue su traslado?
R.A.:
Pues un día nos dieron el aviso. Nos dieron ropa, unos tejanos, una camisa y una chaqueta y nos dijeron que nos vistiéramos, que nos iban a liberar. Nos vestimos y nos entregaron a la policía británica, que nos llevó a un avión y fuimos trasladados a Gran Bretaña.

M.O.: ¿Al llegar a Gran Bretaña, como fue el encuentro con su familia y amigos? ¿Cómo influenció la estancia en Guantánamo en ellos?
R.A.:
Pues fue un momento muy emotivo para todo el mundo, para mi familia, para mís amigos y también para mí, pero la estancia allí me había cambiado y me había transformado en una persona introvertida y aunque lo que quería toda la familia era estar conmigo, yo lo que quería era estar solo.

M.O.: ¿Cuál fue la actitud del gobierno británico después de su liberación?
R.A.:
No hubo ningún tipo de actitud, o sea, el gobierno británico, en cuanto a lo qué nos habían prometido anteriormente antes de nuestra liberación, nos dejaron estar.

M.O.: Ha comentado que cambió mucho su forma de ser a raíz de la estancia en Guantánamo. Nos gustaría que comentara un poco más como ha sido su vida después de la liberación.
R.A.:
He conseguido cierta normalidad. Me he comprado una casa, me he casado y he tenido cierta dificultad para encontrar trabajo, pero como resultado de estar en Guantánamo, de lo qué me he dado cuenta es de la importancia de una vida humana, sean cuales sean sus creencias.

M.O.: ¿Qué relación ha tenido con la comunidad musulmana británica después de ser liberado?
R.A.:
La comunidad musulmana de donde vivíamos nosotros, de nuestro vecindario, no nos quería volver a acoger porque el partido BNP tiene mucha influencia en esa zona y tenían miedo de las repercusiones si nos volvían a acoger. Pero fuera de mi vecindario sí que he recibido el apoyo de las asociaciones musulmanas del resto de Gran Bretaña.

M.O.: ¿Cómo ha vivido la realización de la película «Camino a Guantánamo»? ¿En qué medida ha servido el largometraje como altavoz de la situación de los presos en Guantánamo?
R.A.:
En cuanto a la realización de la película fue muy duro, ya que supuso por primera vez volver a revivir todo aquello: hablar con el director, hablar delante de las camaras y contar exactamente todo lo qué había sucedido. Pero por otra parte, la película ha tenido un gran impacto mundial, ha aumentado la sensibilización sobre Guantánamo y ha cambiado opiniones en mucha gente porque la película se ha vendido y se ha visto en muchos sitios. En ese aspecto ha sido muy positiva.

M.O.: Usted ha denunciado casos de discriminación a posteriori, concretamente en el aeropuerto de Madrid, debido a las nuevas normas de seguridad adoptadas a raíz del 11-S y de la política antiterrorista de Estados Unidos. ¿Podría relatar este caso? ¿Qué opinión le merecen este tipo de medidas antiterroristas en todo el mundo?
R.A.:
Sí, a partir de los atentados, primero en Nueva York y después en Londres, se han endurecido mucho o se han instaurado muchas medidas antiterroristas. Lo que yo he notado es que después de volver a Guantánamo, en la zona donde vivo, cuando voy por la calle la gente me deja paso. Después cuando hago algún viaje, porque ahora con Amnistía Internacional viajo bastante, cada vez que vuelvo, aunque no pite al pasar la barrera y mi equipaje tampoco, siempre me retienen tres o cuatro horas y me preguntan dónde he ido, por qué he ido, con quién he hablado, por qué he hablado, para quién trabajo para AI … todas estas cosas. Siempre. Cada vez que vuelvo de un viaje, y cuando regrese de éste tendré el mismo trato.

M.O.: ¿Cómo cree que influyen este tipo de medidas y prisiones como Guantánamo en la visión que tiene de Occidente el mundo árabe y musulmán?
R.A.:
Creo que ha tenido una enorme influencia en el mundo musulmán, porque la mayoría de musulmanes son pacíficos y no hacen ni desean ningún dolor en Occidente y en cambio sienten que están en el punto de mira por todo tipo de terrorismo y todo lo que ocurre en el mundo. Por ejemplo, dicen que los musulmanes no se integran en la sociedad, bueno, en nuestro caso, nacimos y nos hemos criado allí, qué más podemos hacer para integrarnos en el mundo occidental.

M.O.: Después de su liberación ha empezado a colaborar con Amnistía Internacional para denunciar el caso de Guantánamo. ¿Cuál es su actividad y qué espera de ésta?
R.A.:
El trabajo en Amnistia estos años ha consistido en aumentar la sensibilización y el conocimiento sobre Guantánamo y sobre todas las prisiones de este tipo para qué desaparezcan. Y si se sospecha que hay personas que son terroristas, deben ser procesados formalmente y juzgados en tribunales no militares. Y en eso voy a seguir trabajando.