Miles de personas se sumaban, con renovadas energías, a la XXVI marcha sobre la base de Rota que se celebró el pasado domingo 6 de noviembre. A la cabeza un claro y conciso mensaje: “Recortes militares si, recortes sociales no. Ni OTAN, ni bases”.

La marcha, convocada por diversas organizaciones sociales, ciudadanas y políticas que componen la Plataforma Andaluza contra las bases militares (entre otras el PCE e IU), tiene este año como objetivo central mostrar su repulsa a la instalación del “escudo de misiles” que el gobierno estadounidense ubicará en la base de Rota. También han querido denunciar la existencia y cesión de suelo nacional por parte del Gobierno Central para su uso en la estragia imperialista norteamericana de las bases nucleares de Rota, Morón y Gibraltar.

La marcha, que inicio su camino frente al cementerio municipal roteño con más de 5000 personas, finalizó en en el control principal de entrada de la Base Militar de Rota, donde se dio lectura a un manifiesto ciudadano al que pusieron voz Cristóbal Orellana y Mª Ángeles Tormo, miembros de la plataforma. El comunicado expresa, sin ambages, su frontal rechazo a las bases y exige a los responsables del gobierno nacional la puesta en marcha de “políticas de desarme y antimilitaristas”. Los manifestantes, a su vez, coreaban estrofas del himno andalúz: paz, tierra y libertad”

El comunicando informa que “Actualmente existe una dictadura mundial financiera que para mantenerse necesita crear guerras y vender armas. Son los mismos poderes que exigen el pago inmediato de la deuda externa a los pueblos, imponiendo su política criminal de recortes sociales, los que se están beneficiando del negocio más lucrativo en la actualidad, la industria armamentística. Esta es una de las verdaderas causas de la crisis, que nos están ocultando y que explica por qué un Estado en bancarrota, como Grecia, es uno de los que más gasta en armamento, y que aquí, en el Estado español, donde se acaba de realizar una reforma express de la Constitución por imposición de la UE, el FMI y el Banco Mundial, la deuda del Ministerio de Defensa asciende a 26.000 millones de euros. Los gastos militares son una losa insoportable en estos momentos de crisis social que han programado los poderes financieros. Está demostrado que con el mismo dinero que se invierte en industrias militares se podrían crear muchos más puestos de trabajo en el ámbito del empleo civil”. El comunicado señala que la OTAN “se ha convertido en una brutal alianza militar, en el más pérfido instrumento de represión que ha conocido la historia de la humanidad”.

“Esta criminal organización –añade – posee numerosísimas bases por todo el mundo y una de ellas es Rota. Base desde la que se ejecuta fríamente, día a día, una estrategia de control militar, político y económico de toda el área mediterránea y el Golfo Pérsico”.

Presentes en la marcha estaban, entre otros, Willy Meyer (Eurodiputado por IU), el parlamentario andalúz Ignacio García y los candidatos al Congreso Diputados por Cádiz, Manuel Cárdenas, y Sevilla, también Secretario General del PCE, José Luis Centella.

Diego Valderas, coordinador de Izquierda Unida-Los Verdes-Convocatoria por Andalucía, explicó que IU tiene «una larga trayectoria de lucha contra las bases militares y la OTAN, y mas ahora con la entrada en el escudo antimisiles, que es un caramelo envenenado que Zapatero le regala a Andalucía y a Rota, que al final no va a regalar nada de empleo, como nos quieren vender; tan solo supone más riesgo para este territorio en cualquier tipo de conflicto». Asimismo ha considerado que el referido escudo antimisiles «es una metáfora política del paso del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero del pacifismo al belicismo». Aseguró que es un sistema de armas «amenazante hacia otros países» que convierte a los ciudadanos de Andalucía «en posible blanco de acciones militares de los enemigos de la OTAN» y cuyo objetivo está enfocado a «apuntalar» guerras como las de Irak, Afganistán y Libia. Valderas ha hecho un llamamiento al «pacifismo» y ha apostado por que los ciudadanos «castiguen» en las próximas elecciones generales a los partidos políticos que apuestan por este escudo.

El balance general de Izquierda Unida es que esta marcha ha sido «todo un éxito», sobre todo teniendo en cuenta que en la anterior convocatoria no se alcanzaron los 300 participantes, lo cual es signo de que «se ha producido un incremento de la sensibilidad frente a las armas y frente al escudo antimisiles».