La figura del gran icono de la Revolución Francesa, Maximilien Robspierre, sigue levantando admiración y recelo a partes iguales aún hoy, e incluso más allá de las fronteras de su país de nacimiento.

Sin duda alguna, esa admiración es la que ha llevado a Javier García Sánchez a escribir su gran novela, Robespierre (Galaxia Gutenberg, 2012). La obra nos sumerge con una importante dosis de documentación en los periodos más difíciles del proceso revolucionario, antes y después de la muerte de Robespierre.

Acompañado de Paco Taibo, García Sánchez presentó ayer su libro en la Semana Negra de Gijón, con una sala atestada de gente, muestra inequívoca de que Robespierre sigue suscitando una enorme curiosidad, de hecho, como el propio Taibo afirmó, “ya llegó la hora de hablar de Robespierre”.

García Sánchez intenta ofrecer una perspectiva distinta a la que nos tiene acostumbrados la historiografía oficial, ya que “no es ningún tópico decir que son los vencedores quienes escriben la Historia […], quienes dijeron que Robespierre era una asesino, mintieron”.

También señaló lo curioso que es el hecho de que este libro se haya publicado en España y haya sido un español quien lo ha escrito, y que no se trate de un libro parido en Francia. De hecho, “en Francia no hay valor para hacer este libro”, señaló, y apuntaba lo olvidada y denostada que está la figura de Robespierre en el país vecino.