En consecuencia con el trabajo del PCE en la lucha diaria en los movimientos sociales, y en particular en la lucha contra los desahucios, fue correspondida por el reconocimiento mostrado al trabajo PCE por dos miembros de la Plataforma de Afectados por la Vivienda (PAH) y de la posteriormente creada Plataforma de de Afectados por la Vivienda y Suelo Público (PAVSP).
María Cristina Escribano, habló como “afectada por los recortes de este gobierno neoliberal, afectada por la hipoteca, por el trabajo y también como madre de un hijo que forma parte de ese 58% de los jóvenes parados que tiene este país”. Precisamente hoy María Cristina Escribano, después de décadas de haber dejado el PCE, volvía a militar en el Partido, “cansada de que ciertos movimientos sociales intenten que el PCE vuelva a la clandestinidad cuando es el único Partido que ha estado siempre en la lucha por los derechos humanos y los derechos de los trabajadores”.
Manuel San Pastor, abogado que trabaja con la PAVSP, denunció que los poderes públicos actúan favoreciendo los privilegios de una clase social frente a otra. También que tanto el Instituto de la Vivienda de la Comunidad de Madrid, IVIMA, como la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo del Ayuntamiento de Madrid, ambos creados con dinero público para favorecer el derecho a la vivienda de las personas con escasos recursos, están desahuciando diariamente, vulnerando los derechos humanos más elementales.
Habló de estafa inmobiliaria, de la injusticia de que haya casas sin gente y gente sin casa, y denunció que Goldman Sachs, Azora, Larcovi y otras empresas privadas están obteniendo grandes beneficios del patrimonio público comprando las casas del IVIMA. Igualmente informó que se ha presentado un recurso contencioso administrativo “para frenar estas pérdidas que podrían ser irreparables”.
Manuel añadió que la PAVSP promueve la expropiación popular o la reapropiación de viviendas vacías de los bancos y entidades públicas argumentando que después de expulsar a las familias, las viviendas no pueden permanecer vacías y dispuestas para una futura especulación.