Desde que se firmó el Convenio entre el Archivo Histórico del PCE y la Universidad Complutense de Madrid, y el archivo se trasladó a esta institución, la idea de realizar una exposición estaba presente. Pero no se materializó hasta que coincidí en un programa de la Cadena Ser en la que fui invitada para hablar sobre los fondos de nuestro Archivo y en especial sobre la documentación falsa realizada por Domingo Malagón, con el Rector de esta Universidad José Carrillo, “antiguo compañero de viaje”en la organización del PCE de Madrid, y que en su juventud fue “titular” de un DNI falso elaborado por Domingo, que me propuso realizar la exposición.

A partir de este momento las personas que trabajamos en el Archivo Histórico nos enfrentamos con el reto de cómo trasladar a 21 vitrinas, que es el espacio que ocupa la exposición, unos fondos tan diversos, con un volumen tan amplio y sobre todo con mil y un soportes diferentes, y lo más importante cómo mostrábamos a sus visitantes cuál fue la aportación a la lucha por las libertades, a la lucha contra la dictadura de muchos españoles que consideraron que el PCE era su partido y que también era la mejor herramienta para que su país fuera realmente democrático.

El primer paso fue decidir cuáles de las colecciones que conforman los fondos del Archivo íbamos a seleccionar, tarea muy difícil ya hasta la más pequeña, y que en apariencia pueda revestir poca importancia, la tiene, y mucha.

Era imprescindible empezar por los instrumentos de descripción del Archivo, que conectan al investigador con la información y le permite obtener los datos precisos que necesita para localizar la documentación.

Por no hablar de lo soportes que no es otra cosa que los diferentes materiales en los que un determinado documento, sea del tipo que sea, se sujeta. Localizar estos soportes se convirtió en un viaje rápido por el trabajo de aquellos camaradas que durante la clandestinidad se encargaban de microfilmar aquellos miles y miles de informes que se recibían del “Interior” y que tras ser estudiados por la dirección les eran entregados para su microfilmación para después destruidos. La clandestinidad tiene sus “reglas de oro”: en cualquier momento hay que estar dispuestos para cambiar de lugar sin dejar rastro. O, ¿Cómo olvidarnos de aquellos puestos callejeros de venta de Mundo Obrero que tras ser legalizado el PCE poníamos en los barrios y pueblos? Puestos con pegatinas, ceniceros con la portada de Mundo Obrero, llaveros, discos, etc…. Todos estos objetos están reflejados en nuestra idea de “soportes”.

Creímos indispensable mostrar en la exposición la labor de Radio España Independiente, “la única radio sin la censura de Franco”, que con sus 108.000 emisiones informaba de la otra España, la que no salía en el NODO, la de nuestros emigrantes que se alejaban con sus maletas de cartón al hombro y se dirigían a un país desconocido a trabajar y así poder ayudar a sus familias y que tantos ánimos enviaban a “La Pirenaica” con sus cartas.

O los fondos del exilio que contienen el rastro de aquellos comunistas que a pesar de haber perdido una guerra, no dudaron en luchar contra el fascismo, en estar allí en donde hicieran falta, en la Resistencia francesa o subidos en tanquetas con nombres de ciudades y pueblos españoles que liberaron París de los nazis o en el frente ruso en “La Gran Guerra Patria” siendo parachutados tras las líneas enemigas vestidos con uniformes alemanes y, por supuesto sin hablar una palabra de alemán y que una vez finalizada la II Guerra Mundial, vuelta a la lucha, pero esta vez para que su país recuperara la libertad.

En la exposición hemos querido dejar constancia de todos aquellos frentes en los que los y las comunistas lucharon: en el monte, en la Guerrilla, en las fábricas organizando a los trabajadores, en las organizaciones de mujeres reivindicando nuestros derechos o en la Universidad defendiendo una enseñanza para todos, lucha que por desgracia y a pesar de los años trascurridos es más vigente que nunca.

Todo esto hubiera sido imposible sin el trabajo, dedicación y arte del único “imprescindible” de los militantes del partido en la clandestinidad: Domingo Malagón Alea, responsable del Equipo Técnico y antiguo estudiante de Bellas Artes, encargado de la falsificación de pasaportes, DNI, Cartas de Identidad Francesa y de cualquier documento que fuera necesario para que los cuadros y dirigentes del PCE pudieran desarrollar su actividad política clandestina, tanto en Francia como para cruzar la frontera y moverse por España. Malagón no se consideraba un falsificador y al igual que los componentes de “La Orquesta Roja” de Pilles Perrault “Si se les hubiera dicho que eran espías hubieran rechazado la etiqueta; se tenían por revolucionarios”.

Nuestros objetivos al realizar la exposición, fueron varios, el primero dar a conocer los fondos documentales del Archivo, que no es otra cosa que el testimonio de la actividad política de sus militantes y, por supuesto, dar a conocer cuál fue la aportación de los comunistas españoles a una parte muy importante y también muy difícil de la historia contemporánea de nuestro país.

Desde estas páginas de Mundo Obrero, queremos agradecer la ayuda recibida para la elaboración y montaje de la exposición a: Isabel R.L., Roque Domínguez y Carmen Tirado.

Como complemento, se ha realizado una exposición virtual, accesible en esta dirección.

Paralelamente a la exposición se realizarán una serie de conferencias que tendrán lugar en el salón de Actos de la Biblioteca Histórica “Marqués de Valdecilla” de la Universidad Complutense de Madrid. El programa de estas conferencias se puede consultar en la sección de noticias de la página web del Archivo Histórico del PCE: http://goo.gl/ocjgvf