El pasado 29 de noviembre se perpetró una de las chapuzas más antidemocráticas de cuantas se han producido en España, y probablemente la mayor del País Valenciano. Así, a las 12:19 del mediodía el Consell de la Generalitat cerraba las emisiones de la televisión pública valenciana, mientras previamente la noche anterior habían clausurado las emisiones de la Radio. Se consumaba así una decisión unilateral del Gobierno autonómico del PP, que unos días antes había aprobado en el Parlamento valenciano, y en solitario, el cierre de RTVV.
La decisión de Alberto Fabra de suprimir la radiotelevisión pública valenciana, ha supuesto un ataque en toda regla, tanto a l@s trabajadores/as de RTVV como al autogobierno, a las señas de identidad valencianas y al pueblo valenciano en su conjunto. Pero sobretodo, ha evidenciado que en la agenda neoliberal nada está a salvo, y que tanto las personas como los servicios públicos son víctimas de sus políticas de austericidio.
Así, es importante señalar que el cierre decretado y ejecutado por el Consell del PP, se ha producido después de una sentencia que declaraba nulo el ERE que previamente se había aplicado a la plantilla. Como respuesta a dicha resolución judicial y negándose en todo momento a sentarse con el Comité de Empresa, Alberto Fabra anunciaba el cierre de RTVV afirmando no poder sostener el gasto que supondría mantener el ente público con la plantilla al completo, al quedar anulados los despidos anteriores. Y lo hacía, argumentando, sin que se le cayera la cara de vergüenza, que lo hacía para no tener que cerrar escuelas y hospitales. A modo de ejemplo que destapa esta mentira, este año la Consellería ha empezado a suprimir unidades educativas de infantil y primaria, así como de atención a las nuevas necesidades educativas, introduciendo la previsión de cierre directo de escuelas públicas.
Estamos pues, ante un auténtico golpe institucional dado por un Consell deslegitimado y desautorizado por unas políticas serviles a la Troika y al Ministerio de Hacienda, que está hundiendo al País Valenciano en el desempleo masivo, el endeudamiento sin freno, la corrupción y el descrédito institucional. Un golpe, que además se intentó perpetrar con nocturnidad y alevosía, pero que gracias a la reacción valiente y eficaz de la plantilla y de su Comité de Empresa, se pudo retrasar, manteniendo las emisiones en antena, hasta que se pasó al fundido en negro, sumiendo a l@s trabajadores/as en la desolación y en la estupefacción a la ciudadanía valenciana. En este sentido, quiero destacar la actitud digna de l@s diputad@s de EUPV, Marga Sanz, Ignacio Blanco y Esther López, que pasaron toda la noche encerrados con l@s trabajadores/as hasta el mismo momento del apagón definitivo.
La reacción no se hizo esperar y la práctica totalidad de la sociedad valenciana, incluso sectores del PP, se manifestaron el sábado 30 de noviembre, pidiendo el retorno de las emisiones de RTVV, así como la dimisión del Consell y la convocatoria anticipada de elecciones, para así lograr que el pueblo valenciano pueda poner fin a casi dos décadas de despilfarro, paro, privatizaciones y corrupción.
Desde EUPV y el PCPV, pensamos y estamos totalmente comprometidos con ello: que hay que seguir presionando en la calle para conseguir el adelanto electoral, a través de una gran movilización ciudadana que nos permita a l@s valencian@s recuperar nuestro autogobierno y nuestra democracia.
Miembro dirección EUPV y PCPV