Antes de que acabe el mes de mayo, el Frente Cívico convocará a los movimientos sociales, plataformas, colectivos y demás instancias plurales que han tenido y tienen un protagonismo en la lucha social de estos años. La pretensión del Frente no es otra que la de aplicar lo acordado en su última Asamblea Federal. En ella se consideró que ante la situación económica, social y política de Europa en general y de nuestro país en particular se necesitaba una especie de coordinadora, comisión de enlace, mesa o entidad con cualquier otra denominación que de manera reglada y organizada se reuniera periódicamente a fin de establecer contactos, intercambiar información, debatir sobre propuestas concretas, analizar situaciones y coyunturas, etc. etc…etc.
¿Cuáles son las intenciones o pretensiones del Frente Cívico al tomar esta iniciativa? Como en otras ocasiones y también por imperativos de espacio, voy a desarrollar la propuesta mediante una serie de puntos:
1. Estimamos que la Confluencia Política que han comenzado a poner en marcha Podemos, IU, Equo, y otros, debe ir más allá del 26J. Se trata de una estrategia tendente a consolidar una posición política con contenidos, valores, programas y acciones con el propósito de construir una nueva situación en la que los DDHH en sus tres generaciones se apliquen plenamente en España.
2. Ello significa una ruptura (gradual o súbita) con la política económica vigente y los apoyos políticos y de todo tipo con los que ella cuenta. El que la Confluencia político-institucional aumente cuantitativa y cualitativamente es una tarea necesaria y a desarrollar en los cuatro años posteriores al 26 J.
3. Pero ello es totalmente insuficiente si esa línea de actuación estratégica se circunscribe únicamente al campo de lo político–institucional. Se necesita otra línea de acción en el terreno de lo político–social que, desde su total independencia vaya transformando sus luchas y reivindicaciones en un marco global alternativo de referencia para ellas.
4. La paulatina conformación de un contrapoder ciudadano será la conjunción de ambas líneas de actuación en un momento dado en el que la coyuntura lo imponga y las condiciones objetivas y subjetivas lo impongan. Las políticas de austeridad que el próximo gobierno se verá obligado a poner en marcha favorecerán la atmósfera favorable para ello.
5. Y de la misma manera que la Confluencia política ha empezado a mudar, lenguaje, metodologías y formas de conectar con la calle, la Confluencia social debe ir asumiendo la necesidad inexcusable de cambiar de lenguaje, métodos de movilización y conexión con el entorno. Y junto a ello deberá abandonar determinada cultura de narcisismo que aprisiona a las organizaciones y las lleva a convocar actos y más actos olvidando la tan necesaria economía de esfuerzos.
6. La Confluencia social deberá ir asumiendo que su instalación en la lucha sectorial, particular y eminentemente reivindicativa debe ir cediendo paso a la global y llena de cultura de Gobierno; es decir asumir, defender y prepararse para ejercer el desarrollo de políticas alternativas y todo lo que eso conlleva de equilibrar derechos, deberes, exigencias, responsabilidades, programas, alianzas, medios e instrumentos.
7. Por ello el Frente Cívico, sin afán alguno de protagonismo tal y como viene demostrando, lanza una idea que desearía fuese asumida por todo el mundo y desde ahí se estableciese la cooperación y el proceso de unidad en la acción, tan fundamental para los grandes cambios.
8. Si la Confluencia política y la social no asumen ambas que son las caras –independientes entre sí– de un mismo proceso, la llegada a la Moncloa, en el caso hipotético que ello se diese sería la entrada, a pie y de ambas, en el propio mausoleo.
La situación económica, social y política que padece la mayoría ciudadana tiene ante sí un momento decisivo de esos que se presentan de tarde en tarde. Ya se perdió una ocasión similar. No podemos perder esta otra.