Al estilo del golpe de Paraguay a Lugo o a Dilma en Brasil, la Asamblea Nacional venezolana vuelve en su intento de derrocar a Maduro utilizando cualquier método, ya que no pudieron ganarle en las urnas.

Desde que la derecha ganó la mayoría de la Asamblea Nacional, en diciembre de 2015, su principal objetivo ha sido y es derrocar al Presidente Nicolás Maduro, saltándose toda la legalidad constitucional.

Solamente a finales de abril, decidieron activar el proceso para solicitar un revocatorio, cuestión que contempla la Constitución venezolana a diferencia de lo que por ejemplo contempla la legalidad española. Pero la oposición pretende acomodar este derecho constitucional a sus intereses, saltándose los periodos de tiempo establecidos en la normativa que regula su activación y convocatoria, que establecen un procedimiento que dura más de 260 días. Sólo podrían realizar el referendo revocatorio en 2017, y con un control de las firmas que no pretenden cumplir.

El Presidente Nicolás Maduro, dando ejemplo de conciliación, siempre ha convocado a la oposición a un diálogo nacional para resolver política y pacíficamente los conflictos. Todos los intentos de diálogo han fracasado hasta ahora debido a las contradicciones internas de la oposición.

El fraude en la recogida de firmas, admitido hasta por la propia derecha, unido a otras
irregularidades intentando forzar el revocatorio, obligaron al CNE a suspender todos los procedimientos de la recolección de firmas el pasado 20 de octubre.

Ante la imposibilidad de presentar la revocatoria por vías legales, en lugar de aceptar la vía constitucional, la derecha venezolana acusa al Gobierno del Presidente Maduro de haber dado un Golpe de Estado, y el domingo 23 de octubre la Asamblea Nacional se reunió de forma extraordinaria para intentar acusar al Presidente Nicolás Maduro de abandono de sus responsabilidades, entre otras cosas, aprovechando de forma espuria que estuviera fuera de Venezuela en visita de Estado negociando el precio del petróleo com los países de la OPEP.

No tenemos ninguna duda de que el pueblo venezolano en la calle defenderá su Constitución y a su Presidente legítimo, no obstante este hecho seguro, el PCE quiere hacer un llamamiento a la Comunidad Internacional para que se manifieste en las calles, en las instituciones y en todos los espacios posibles contra los ataques a las democracias de América Latina y el Caribe en general, y contra la República Bolivariana de Venezuela en particular. Asumimos como nuestra la causa de la defensa del revocatorio como un desarrollo de la democracia participativa sobre la que se sustenta la Revolución Bolivariana, por eso denunciamos que se quiera prostituir este derecho para utilizarlo como un instrumento para sustentar un golpe de Estado institucional.

Nuestra máxima solidaridad con el pueblo bolivariano de Venezuela, con el Presidente Maduro y con las fuerzas políticas que sustentan su Gobierno.

Secretario General del PCE