La profesión de buzo es de alto riesgo. Sumergirse con una escafandra a varias decenas de metros y realizar trabajos en una boya de descarga para petroleros es una actividad ya de por sí peligrosa. Si, además, el buzo es un significado militante del PCE y delegado sindical de CCOO, que denuncia las constantes violaciones de las normas de seguridad por parte de la empresa, el riesgo se incrementa de forma notable. Damián García ha sido despedido por esos motivos UCS (Underwater Contractor Spain), empresa que trabaja en la monoboya de la refinería que CEPSA tiene en La Rábida (Huelva). Responsable de Mundo del Trabajo del comité provincial del PCE en Huelva, Damián, apoyado por CCOO, ha denunciado a UCS por vulneración de la libertad sindical.
Concentración en apoyo a Damián García ante la puerta de la refinería de CEPSA en La Rábida.
Mundo Obrero: ¿Qué es lo que hace que UCS tome medidas tan extremas contra ti?
Damián García: Principalmente porque la empresa se niega a respetar la legislación existente en nuestro país en materia de seguridad en el buceo, seguridad e higiene en el trabajo, normativas relativas a las condiciones que deben cumplir nuestros equipos, tiempos mínimos de descanso, etc. Es un conflicto que dura casi cuatro años y en el que hemos intentado negociar y presionar desde todos los puntos: comisión paritaria del convenio colectivo, varios acuerdos en el SERCLA incumplidos por la empresa, preavisos de huelga, denuncias ante la inspección de trabajo, en fin… la empresa no ha querido atender nuestras reclamaciones legítimas y ha emprendido desde hace casi un año una escalada de represalias y persecución sindical en el centro de trabajo, no sólo contra mí, sino también contra los compañeros que se han mantenido firmes en nuestras reivindicaciones. Finalmente, todo ha desembocado en mi despido de forma completamente injustificada y con la clara intención de descabezar la lucha que mantenemos en la monoboya de CEPSA en Huelva, una lucha que reivindica derechos que están reclamando buzos de todo el sector de nuestro país.
MO: No es la primera vez que la empresa toma represalias contra ti. Ya fuiste despedido una vez
DG: Efectivamente. Ya en 2014 me despidieron cuando los trabajadores exigimos el cumplimiento del convenio en materia de jornadas máximas de trabajo y tiempos de descanso. Los trabajadores nos negábamos a seguir aceptando jornadas mensuales que llegaban a las 300 horas, estancias ininterrumpidas de 40 horas en el centro de trabajo, exigíamos el respeto a las 12 horas de descanso mínimo entre una jornada de trabajo y otra. Eran condiciones inaceptables, porque nos obligaban a trabajar horas sin cobrarlas, excediendo el límite legal de 80 horas extras anuales y se negaban a ampliar la plantilla. Esto fue denunciado por los trabajadores en un SERCLA a raíz del cual me despidieron disciplinariamente por dañar la imagen de la empresa con mis denuncias. Gracias a la huelga que convocaron mis compañeros en el centro de trabajo y a la presión de CCOO en las negociaciones que se mantuvieron con la empresa para desbloquear el problema que veníamos denunciando, dos meses después fui readmitido. Durante ese tiempo mis compañeros me instaron a no cejar en la lucha por nuestros derechos y pude resistir económicamente gracias a la solidaridad del grupo. Hoy, aquel conflicto que comenzó en 2013 continúa vigente, aunque conseguimos que la plantilla aumentase un poco más. A finales de este año se celebrará el juicio sobre las horas de trabajo, tiempos de descanso y el abuso sistemático al que nos ha sometido UCS en todos estos años a los trabajadores.
MO: ¿Qué medidas de seguridad habéis denunciado que no cumple UCS en la monoboya de petroleros de La Rábida?
DG: Desde el principio, hemos reclamado a nuestra empresa que era imprescindible el cumplimiento de toda la normativa de seguridad y de prevención de riesgos laborales vigente en nuestro país, así como el propio Convenio de Buceo Profesional. Hemos denunciado que no se cumplen las medidas de seguridad de Industria (revisiones de las botellas de las que respiramos, de los compresores de aire que nos dan suministro, de las herramientas con las que trabajamos, etc.) algunas de ellas pueden llegar a afectar a la propia seguridad industrial de las instalaciones de la refinería de CEPSA. Hemos llevado a la inspección de trabajo el incumplimiento de las normas de seguridad en el buceo profesional, reguladas por el Ministerio de Fomento y el propio convenio colectivo. Además, hemos denunciado, y la administración nos ha dado la razón, el incumplimiento sistemático de la normativa que protege a los trabajadores en contacto con productos tóxicos y cancerígenos. Nos obligaban a llevarnos la ropa contaminada y lavarla en casa junto con la de nuestras familias, cuando la ley obliga a las empresas a descontaminar esta ropa y prohíbe que los trabajadores nos la llevemos a casa, por citar algunos ejemplos.
MO: ¿A qué peligros se ve expuesto un buzo cuando no se cumplen esas medidas de seguridad?
DG: El buceo profesional es un trabajo de alto riesgo regulado en España por una normativa completamente desfasada, aunque desde CCOO y otras organizaciones sindicales estamos trabajando para que se modifique y actualice. Tenemos en el sector unas tasas de mortalidad laboral inaceptables y que convierten las reivindicaciones en materia de seguridad en el eje central del colectivo de buzos. Desde el comienzo de la crisis y el fin de las grandes inversiones en infraestructuras portuarias hemos quedado en España, trabajando de forma continuada, aproximadamente medio millar de buzos. En 2014 perdimos a siete compañeros en accidentes de trabajo, en 2013 perdimos a seis, todos datos extraídos de la prensa porque ni tan siquiera se nos tiene en cuenta en las estadísticas oficiales como sector profesional. Todos los buzos profesionales en España hemos perdido amigos y compañeros en accidentes de trabajo y el cumplimiento estricto de las normas de seguridad y procedimientos de trabajo seguros supone la diferencia entre la vida y la muerte del trabajador cuando se produce un accidente.
MO: En tu caso, además, trabajas en una refinería. ¿Qué riesgos añadidos supone eso?
DG: Además de los riesgos propios de nuestro oficio, los buzos que trabajamos en una refinería estamos expuestos al riesgo químico, a desarrollar nuestra labor en ambientes potencialmente explosivos y peligrosos. Todo eso requiere aún más, si cabe, el cumplimiento estricto de las medidas de seguridad. Además, somos los responsables de actuar en caso de emergencia y contaminación en una instalación crítica de CEPSA que se encuentra a pocos kilómetros de la población y del Parque Natural de Doñana.
MO: Tu despido está generando un movimiento de solidaridad en Huelva. La Confederación de CCOO ha lanzado el hastag #DAMIANsomosTODOS. ¿Qué acciones se han llevado a cabo?
DG: La ola de solidaridad que se ha levantado tras mi despido está siendo enorme. Desde la Unión Provincial de CCOO hasta la Confederación, pasando por la COAN, miles de trabajadores y representantes de los trabajadores de todo el país, compañeros y compañeras del Sector del Mar de CCOO, y camaradas y estructuras del PCE y de IU, así como otros muchos colectivos y organizaciones, se han volcado en difundir esta gran marea de solidaridad que se inició en Huelva y que se ha extendido y sigue creciendo por todo el país. Se está llevando a cabo una intensa campaña de difusión en redes sociales, hemos tenido contactos con colectivos políticos y sociales. El 25 de octubre nos concentramos, convocados por Comisiones Obreras en las puertas de la Refinería de CEPSA en Huelva para reclamar el fin de la persecución sindical y el cumplimiento de las medidas de seguridad por parte UCS. Esta concentración tuvo el apoyo de muchos compañeros y delegados sindicales de todos los sectores, así como la presencia inestimable de muchos compañeros y camaradas que nos estuvieron acompañando en nuestra lucha. Entre las personas que asistieron a la concentración están el secretario general de CCOO en Andalucía, Francisco Carbonero, y el coordinador general de IU en Andalucía, Antonio Maíllo
MO: ¿Qué movilizaciones hay previstas para el futuro más inmediato?
DG: Ya tenemos planteada una concentración ante la patronal de las industrias químicas de Huelva y otras acciones reivindicativas y de protesta. Vamos a seguir peleando para parar esta agresión, pero no queremos que esto sea el fin sino el principio. Debemos hacer que crezca esta ola de solidaridad para que ningún trabajador más se pueda sentir solo o desprotegido cuando reivindica sus derechos. Mi despido no es sólo un problema personal o de un puñado de trabajadores. Nos puede pasar a cualquiera y es importante que comprendamos que la única vía para la defensa de los trabajadores está en nuestras propias manos. No debemos rendirnos ante la dificultad ni dejar que el miedo nos atenace cuando se trata de reclamar nuestros derechos, porque nuestro único camino es la lucha y nuestra única arma es la unidad. Si permanecemos unidos y asumimos que cuando nos tocan a uno nos tocan a todos, no habrá empresas o gobierno en este país que puedan frenar nuestras reivindicaciones y nuestras aspiraciones. Que nadie baje los brazos, hombro con hombro y unidos avanzaremos.