Por grave que sea, la decisión del gobierno norteamericano de abandonar el acuerdo nuclear 5+1 firmado con Irán, no es una noticia inesperada: los cambios en la alta estructura del gobierno Trump y señaladamente la llegada de Mike Pompeo a la Secretaria de Estado en sustitución de Rex Tillerson apuntaban a lo que se confirmó ayer y que abre una nueva crisis internacional de consecuencias imprevisibles.
El acuerdo suscrito en Viena en julio de 2015, entre Teherán y las cinco potencias con derecho a veto del Consejo de Seguridad más Alemania, que ahora abandona el gobierno Trump, suponía el compromiso de Teherán a no producir más uranio enriquecido en los siguientes quince años, deshacerse del 98 % de su material nuclear, eliminar las dos terceras partes de sus centrifugadoras y no construir un nuevo reactor atómico, eliminado cualquier duda sobre el carácter pacífico de su programa nuclear, a cambio del levantamiento de las sanciones económicas que soportaba el país.
El acuerdo, sujeto a la verificación del Organismo Internacional de Energía Atómica, OIEA, fue aprobado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por lo que tiene estatus de tratado internacional lo que imposibilita su modificación de forma unilateral por ninguna de las partes. lo que sitúa una vez más a Estados Unidos fuera del derecho internacional.
Las mentiras de Trump frente a los informe de la OIEA: comienza la propaganda de guerra.
Los argumentos ofrecidos por el presidente de EEUU chocan con lo afirmado reiteradamente por la OIEA que ha manifestado en diversas ocasiones que Irán cumple los términos del acuerdo, y que en ningún momento los ha violado. También los países firmantes, a excepción de Estados Unidos, han mantenido esa convicción, ampliamente manifestada por los inspectores, y compartida incluso por el anterior secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, y por diversos funcionarios estadounidenses. Quizás este reconocimiento de la realidad de Tillerson es lo que le ha costado el puesto: podía ser un obstáculo en la agenda imperialista del sector más reaccionario de la oligarquía USA que encabeza el ínclito Trump.
Con este paso, el presidente multimillonario norteamericano, rompe los compromisos a los que llegó el anterior gobierno de Obama, exigiendo el fin del programa de misiles iraní algo no incluido en el acuerdo 5+1, y reclamando la condena por el supuesto apoyo de Teherán al terrorismo en Oriente Medio, sin que haya aportado pruebas de su acusación; y conmina a imponer nuevas sanciones económicas contra Irán, con la intención de romper el acuerdo nuclear y renegociar un nuevo compromiso siguiendo las exigencias de Netanyahu y del gobierno de Israel, cuyas falsas acusaciones le han servido de coartada.
El gobierno Trump parece seguir a pies juntillas el plan ya desarrollado en otros países de Oriente Medio, como Afganistán, Iraq y Siria, así como en Yemen y Libia, donde Estados Unidos ha creado con sus intervenciones militares una gravísima situación, provocando centenares de miles de muertes, destruyendo las sociedades y generando el desplazamiento de millones de refugiados.
Pero estamos en otra situación: lo anunciado ayer supone un auténtico desprecio al criterio de China y Rusia , pero también de Alemania, Francia o el conjunto de la Unión Europea, quienes hasta el momento han defendido la utilidad y el valor del acuerdo nuclear firmado con Teherán. Pekín ha ratificado que continuará manteniendo una cooperación comercial y económica normal con Irán, y respetando sus obligaciones internacionales, según el portavoz de su Ministerio de Asuntos Exteriores, Geng Shuang , y Rusia por su parte, ha llamado a EE.UU a evitar “pasos en falso y a no torpedear este acuerdo», por boca de Serguéi Riabkov , viceministro de Exteriores ruso. Por su parte la UE y los gobiernos de su países miembro ha lamentado el hecho. Así las cosas solo Israel y Arabia Saudí han formado el coro de alabadores de la “valentía” de Trump, dibujándose en el horizonte la hipótesis de una guerra entre una potencia nuclear como Israel (apoyado por Estados Unidos) e Irán, lo que pondría en riesgo de estallar – desgraciadamente nunca mejor dicho el Tratado de No Proliferación Nuclear.
Secretaría de Internacional