El Parlamento andaluz tumbó la proposición de ley presentada por IU y Podemos que tenía como fin blindar la educación pública mediante un suelo de inversión del cinco por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de la comunidad.

PSOE, Ciudadanos y PP votaron en contra de una propuesta cuya andadura iniciaron IU y Podemos en noviembre del pasado año y que ha recopilado las aportaciones y el apoyo del profesorado y de sus representantes sindicales, de las asociaciones de madres y padres de alumnos, organizaciones estudiantiles y sectores no docentes vinculados a los servicios educativos.

A las puertas del hospital que alberga la Cámara autonómica, varios colectivos participes de la propuesta presenciaron el rechazo de la mayoría parlamentaria a una iniciativa que, hasta llegar a este punto, había recibido públicamente el apoyo unánime de los sindicatos que tienen representación en la mesa sectorial. Todos y cada uno de ellos coincidieron en la demanda de establecer el suelo de inversión en la educación pública, con la finalidad última de revertir el menoscabo infligido por la crisis a este servicio público.

El debate parlamentario se escurrió entre quienes no vacilan en reconocer que la defensa de los servicios públicos no es su prioridad y los achaques de un PSOE abrumado por sus contradicciones. En la última sesión plenaria del mes de mayo la bancada socialista votó en contra de una propuesta que le valió, por la negativa a asumirla del Gobierno central, para abandonar la mesa de negociación del Pacto de Estado por la Educación hace apenas un par de meses.

Pero no es la única impostura en la que ha caído el PSOE con este debate. El pasado 27 de febrero, el Parlamento andaluz aprobaba un acuerdo sobre el modelo de financiación autonómica pactado por PSOE, Podemos e Izquierda Unida, en aras de mantener una posición común en Andalucía frente a Rajoy ante la caducidad del actual modelo de financiación.

Al acuerdo sobre la financiación se sumó a última hora el PP y sirvió para fortalecer la posición del Gobierno de Susana Díaz en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Este acuerdo andaluz, de abrumadora mayoría parlamentaria, recogía la necesidad de blindar la educación pública con el cinco por ciento de inversión del PIB, después rechazada por Díaz y sus pupilos.

La propuesta de blindaje

Izquierda Unida y Podemos proponían reformar la actual ley andaluza de Educación, añadiendo un artículo al Título VIII de la norma, para recoger una modificación presupuestaria de modo que la Ley del Presupuesto de Andalucía contemplase que cada daño debía dedicarse al menos un 5 por ciento del último PIB registrado al presupuesto de la Consejería competente en materia de educación no universitaria.

Además, incluía que la planificación de oferta de puestos escolares en la red de centros de titularidad pública de la Junta se haría conforme al uso y aprovechamiento máximos de sus infraestructuras, de conformidad con las características técnicas de cada centro y el máximo de unidades que pueden albergar en su seno.

La iniciativa legislativa fue defendida ante el Pleno por los portavoces parlamentarios de Podemos e IU, Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, que explicaron que poner en marcha esta propuesta se traduciría en un incremento de 1.550 millones de euros en gasto en la educación andaluza.

Durante su intervención, Maíllo afirmó que esta propuesta suponía «una alianza real y concreta» con los agentes y organizaciones implicados en la educación con Andalucía y enviaba “un mensaje de esperanza, diferencia y justicia de Andalucía al resto del país».

Pero como siempre en el Parlamento, lo previsible – dados los precedentes – no quita lo calamitoso. El PSOE andaluz ahondaba así en la ruptura de un relato en defensa de la educación pública que, pese al empeño de Pedro Sánchez, se desvanece en manos de Susana Díaz. Por eso, el propio Maíllo aseguró que “las fotografías ya no valen”, revelando una constante: la política de la presidenta de la Junta de Andalucía puede resumirse en su afán por engordar un álbum de fotos de acuerdos sociales, económicos y sindicales que nunca se traduce en nada.