Queridos María Pilar, Fernando y Alberto, vuestro hermano nos ha dejado de manera súbita, silenciosa, callada casi tal cual fuera él mismo.

José María y yo nos conocimos por el año 1977, durante las primeras elecciones democráticas en libertad tras cuarenta años de dictadura.

En las horas más difíciles y las hemos tenido y mucho a lo largo de estos años de estrecha amistad y camaradería en primera línea de la política nacional, José María fue el responsable máximo de finanzas en un Partido, el PCE, importante en la sociedad española, él jamás prefirió el confort del sueldo o el aplauso fácil de quienes siguen la corriente, antes que la lealtad de unas convicciones propias y profundas.

A José María le tocó, por su trabajo concreto, específico durante años, relacionarse con todos los problemas financieros del PCE.

Por ser durante bastante tiempo la figura central de un tema de ese calibre, de difícil y ardua tarea, que llevó siempre con suma entereza y especial firmeza, era conocido por y en todo el PCE.

José María miraba siempre el futuro con esperanza, jamás se dejó llevar por la nostalgia.

Porque precisamente veía el futuro con esperanza, fundó con Miguel Jordá, Julio Anguita y yo mismo la asociación Unidad Cívica por la República en 2002.
Expandimos esta plataforma política republicana sin demonizar los logros de la transición sin innecesarias, ni excesivas, idealizaciones republicanas, con toda la objetividad que sabíamos y podíamos. Llevamos nuestra voz, la de José María, a Barcelona, Extremadura, Andalucía, Madrid… así era, así quedará en el recuerdo de muchas y muchos amigos.

Sin menosprecio del orden constitucional actual, sin contestar a innecesarios insultos al “Régimen del 78” y al “Orden del 78”, Unidad cívica por la república siguió expandiéndose y sigue sus ideas republicanas al tiempo que lucha por la anulación de los juicios franquistas, las exhumaciones… gracias al esfuerzo y tesón de José María.

José María pasó el tránsito de estar en la primera línea de responsabilidad política en el PCE no solo a una integración al conjunto de su organización de manera normal, sino que dedicó, y de qué manera, sus esfuerzos, que eran bastantes y firmes, tanto en la constitución de Unidad Cívica por la República como a luchar contra el Decreto del olvido, Exhumaciones, anulación de los juicios franquistas, sentencias propuestas, o sea las secuelas tácitas de la Transición. Aquello que escribió Josep Fontana: “Lo peor fue, sin embargo, que no sólo se acordó la Amnistía, sino que se decretó el Olvido”.

José María fue un político peculiar, íntegro, porque era militante de izquierdas, comunista y republicano con la transparencia democrática y con la lucha contra la corrupción, un ejemplo a seguir.

Gloria y honor para José María.

La cita mensual con Mundo Obrero

REDACCIÓN. Coronas siempre era el primero en saber cuándo llegaba Mundo Obrero a la sede federal del PCE y el primero en tocar los periódicos, con la tinta aún casi húmeda de las rotativas. La mañana que la furgoneta con el reparto descargaba en Olimpo aparecía Coronas a buscar ejemplares para difundirlos en sus puntos de encuentro.

Se llevaba ejemplares de Mundo Obrero y nos dejaba historias, fundamentalmente noticias sobre la corruptela de la Monarquía borbónica por la gracia de Franco, la banca y el IBEX. Nos resumía lo poco sustancioso que se colaba por la censura pactada del Reino de España y lo más jugoso que salía en países con menos complicidad con el poder borbónico…. Traía convocatorias, pases de documentales intesantes en televisión… siempre con sonrisas y ojos abiertos y expresivos como los de los niños que dejaron atrás la inocencia pero jamás perdieron la ilusión ni la energía por cambiar el mundo y dar la vuelta al sistema.

Esta vez, cuando llegue el periódico te echaremos de menos, pero nos quedaremos con tu sonrisa de buen hombre y buen camarada.