Hablamos con María José Santano Fernández, de 37 años y trabajadora del Alimerka en San Claudio (Oviedo). Detrás de la juventud, la simpatía y la agradable sonrisa que le caracteriza, se esconde una mujer curtida en el ámbito laboral que, tras diecinueve años trabajando como dependienta de panadería en la cadena de supermercados más importante de Asturias, ocupa ahora la Secretaría del Comité de Empresa y forma parte de la mesa negociadora que el próximo viernes, 14 de diciembre, se batirá el cobre con la patronal del sector minorista de alimentación en la lucha por mejorar sus condiciones laborales y la de decenas de miles de trabajadores y trabajadoras como ella.
Empecemos por algunos datos, ¿Cuántos trabajadores emplea el sector?
Actualmente el sector cuenta con unos 12 mil trabajadores. La mayor parte de ellos, sobre unos 6000, están en Alimerka, que es la empresa que tiene la plantilla de mayor tamaño, seguida por el Másymás, y en menor medida lo poco que queda de los antiguos supermercados El Árbol, en la actualidad La Plaza. Después están los economatos de las Cuencas mineras y, por último, el pequeño comercio de las fruterías, carnicerías, pescaderías, etc.
¿Cuál es la situación del sector desde el punto de vista de las ventas y los beneficios empresariales?
Los datos de los beneficios están muy claros, son públicos y se pueden contrastar perfectamente. Por ejemplo, en 2014, las dos grandes empresas, Alimerka y Másymás, obtuvieron doce millones de beneficio neto, de los cuáles repartieron entre los accionistas 5,7 millones de euros; en 2015 los beneficios subieron a 14,7 millones de euros, con un reparto de 6,9 millones para todos sus socios accionistas; en 2016 tuvieron un año muy bueno con un aumento muy importante de los beneficios hasta llegar a los 21,4 millones y un reparto de 6,6 millones que fueron a parar a los bolsillos de los accionistas y, en 2017, aun no están todos los datos disponibles, pero sí sabemos que sus beneficios crecieron un 3,5% con respecto al año anterior. No lo digo yo, todo el mundo puede comprobarlos en el registro mercantil. Con estas cifras encima de las mesa, lo que está claro es que no están en crisis, por mucho que los empresarios se empeñen en decirnos que todavía no se han recuperado de la misma y que los resultados económicos son malos.
Apoyando a las compañeras de @CCOOdeAsturias @ccooserv_astur #Alimerka después de entrevistar a María José Santano Fdez., Secretaria del Comité de empresa
¿Y si estos datos son públicos y contrastables, cómo siguen sosteniendo ese discurso?
Pues estos datos, como no los pueden negar, lo que dicen es que sí, que son verdad, pero que se han gastado el dinero haciendo inversiones en las tiendas. Con lo cual, según ellos, el rendimiento de esas cuentas y el beneficio también es nuestro, de los trabajadores. Si que es cierto que Alimerka está renovando tiendas y ha cambiado la flota de camiones dos veces en los últimos tres años, pero los trabajadores seguimos donde estábamos. A nosotros esos beneficios no nos llegan; no hay, por ejemplo, una subida de salarios acorde a los beneficios que se obtienen. Por tanto, al final, el resultado siempre es el mismo: ellos siguen ganando mucho y nosotros seguimos cobrando muy por debajo de nuestras necesidades y, la verdad, es que a nosotros el beneficio que pueda aportarnos la renovación de una tienda, no nos da de comer.
Teniendo en cuenta todo esto que has explicado ahora, ¿Cómo vive una trabajadora como tú en 2018?
La realidad de un trabajador de este sector es difícil, muy difícil. Un trabajador de Alimerka que tiene las pagas prorrateadas puede llegar a los 900 o 950 euros al mes, y uno del Másymás todavía lo tiene más complicado para llegar a fin de mes, ya que sin el prorrateo, apenas llegan a los 775 euros de sueldo. No tenemos salarios que nos permitan mantener a una familia; es un salario auxiliar, una especie de ayuda a un entorno familiar en el que si por ejemplo vives con otra persona que gana más o igual se puede malvivir, pero para un trabajador solo es imposible mantener una familia. Mira, los mozos de almacén, que en Alimerka hay muchos, tienen un salario bajísimo, el más bajo que hay en nuestro convenio, 729 euros. Es una vergüenza.
Para intentar salir de esa situación ¿desde cuándo lleváis peleando por un convenio que dignifique vuestra situación laboral?
Llevamos muchos años batallando por cambiar estos convenios. Este año es el primero que me toca a mi formar parte de la mesa negociadora, la verdad es que nunca había estado. La idea es cambiar un convenio muy básico por uno mucho más extenso que tenga cierta visión de futuro y, aunque no es la única reivindicación, una de las principales es conseguir una subida de los salarios, ya que el convenio estuvo congelado desde el 2013 hasta el 2015 por los supuestos efectos de la crisis económica. Del 2015 al 2017 conseguimos arrancar alguna subida salarial muy exigua y, desde marzo de este año, llevamos intentando negociar el convenio que correspondería a los años 2018-2020.
Convocatoria de huelga en los supermercados para los días finales de diciembre
A parte de la subida salarial ¿Qué otras reivindicaciones planteáis en el convenio?
Como te venía diciendo, la subida salarial es muy importante. No puede ser que nos sigan aumentando el sueldo 6 o 7 euros por año, es irrisorio. Nosotros desde la plataforma sindical planteamos que se nos suba el salario 50 euros y que lleguemos a cobrar 14 mil euros al año progresivamente hasta el 2020, es decir, que se cumpla el AENC (Acuerdo para el empleo y la negociación colectiva) de carácter estatal. Para que te hagas una idea de lo que estamos hablando, he sacado mis propias cuentas: en el 2003 el salario base era de 591,27 euros y en la actualidad es de 773,17. En 14 años la subida ha sido tan sólo de 181,90 euros, algo que está muy por debajo del encarecimiento de la vida en general. Por otro lado, nosotros fijamos 54 puntos como tabla de reivindicaciones en el marco de la plataforma, siendo de los más relevantes: el aumento de los días en la acumulación del permiso por lactancia, teniendo en cuenta que estamos en presencia de una plantilla muy feminizada en la que casi el 90% somos mujeres, el computo del tiempo de descanso dentro de la jornada laboral o la delimitación de las funciones replanteando el sistema de categorías profesionales.
¿Cuál ha sido la actitud de la patronal en el marco de estas últimas negociaciones?
Los empresarios se han enrocado y han optado en todo momento por la vía del bloqueo y el inmovilismo. Además, por si esto fuera poco, se han descolgado del acuerdo para el empleo y la negociación colectiva firmado por los sindicatos y la CEOE en julio, alegando que no les vincula. Esto nos ha llevado a una situación de bloqueo insoportable, la cual nos ha obligado a los representantes de los trabajadores a variar nuestra posición y a optar por medidas de carácter más contundente. De todas formas, quiero remarcar, que nuestro objetivo siempre fue el de llegar a un acuerdo a través de la negociación, siendo por tanto la patronal la que ha puesto palos en las ruedas de forma continuada.
Siguiendo con el hilo de esta cuestión, ¿cuál ha sido la estrategia de lucha desde los sindicatos y en este caso desde CCOO?
Desde CCOO hemos venido planteando desde hace mucho tiempo una serie de reivindicaciones justas y acordes al crecimiento económico del sector. Hemos puesto encima de la mesa con toda claridad, la necesidad de que haya un reparto justo de los beneficios a través de la negociación colectiva. Pero como decía anteriormente, ante la situación de bloqueo generada por la clase empresarial desde hace unos cuantos meses, nos hemos visto abocados a replantearnos la estrategia y a desplegar un intenso trabajo sindical entre los trabajadores para convencerlos de la necesidad de luchar por un convenio que garantice unas condiciones laborales mucho más dignas que las actuales. En ese sentido, hemos convocado asambleas de delegados, hemos recorrido multitud de supermercados y hemos sido capaces, con un alto grado de unidad sindical, de celebrar una asamblea de todo el sector, cuyo resultado fue un éxito rotundo sin precedentes en el historial de lucha del comercio minorista de alimentación. No nos ha quedado más remedio que aumentar la presión, porque como reza uno de los lemas de nuestro sindicato: o hay reparto, o habrá conflicto. Pues bien, no es momento de medias tintas, el conflicto está servido, pero sin duda, está más que justificado. Hemos convocado seis jornadas de huelga para los días 22, 23, 24 y 29, 30 y 31 de diciembre.
Continuando con este tema ¿cómo han reaccionado las empresas del sector ante la convocatoria de huelga?
Hasta la fecha no tenemos ninguna noticia oficial de que hayan dado ningún paso. El lunes, 10 de diciembre, registramos la convocatoria de huelga y hemos sido convocados por el SASEC al acto de mediación para el conflicto entre las partes que será el próximo 14 de diciembre. También han llegado a mis oídos los rumores de que la empresa, de forma subrepticia, está intentando presionar a los trabajadores para desanimarlos y conseguir un menor seguimiento de la huelga, si es que finalmente seguimos hacia adelante con la convocatoria después del viernes, decisión que en todo caso estará en manos de la asamblea de trabajadores.
Y por otro lado ¿cómo está el ambiente en los centros de trabajo? ¿Crees que la huelga tendrá un alto seguimiento?
El ambiente en las tiendas está caldeado. La gente está cabreada y no quiere seguir cobrando menos de 1000 euros por un trabajo de 42 horas a la semana; un trabajo que además, en ocasiones, es muy duro. Hay ganas, pero sobre todo necesidad de que la situación cambie y de que la empresa dé su brazo a torcer en el reparto de beneficios. Esta última temporada he visto como el nivel de conciencia de los trabajadores es bastante mayor que en otras ocasiones. Un alto porcentaje de la plantilla está muy cansada de ver como se pisotean sus derechos día tras día. En mi opinión, creo que si hacemos un buen trabajo desde los sindicatos la huelga puedes salir bastante bien. Desde CCOO estamos convencidos de ello y trabajaremos sin descanso para que así sea.
Y por último, aprovecho esta ocasión para preguntarte ¿qué le dirías a tus compañeros en un contexto de conflicto como el actual?
A mis compañeras y compañeros les diría que no tengan miedo a luchar por sus derechos, que este es el momento de hacerlo, que si no lo hacen nunca vamos a conseguir nada. Tenemos a mucha gente a nuestro lado apoyándonos, y si somos fuertes y no nos dejamos vencer por la política del miedo, podremos sacar adelante el convenio y terminar de una vez por todas con esa ley no escrita de que las trabajadores y trabajadores de un supermercado solo podemos cobrar salarios de miseria. Es ahora o nunca, compañeros y compañeras. ¡A la huelga!