MUNDO OBRERO: ¿En qué se resume la postura de la CONC (CCOO Catalunya) respecto al «procés» y qué la diferencia de la postura de CCOO confederal?
JAVIER PACHECO: La situación política y social en Catalunya ha sufrido un proceso de polarización que ha fragmentado el marco institucional político y ha dividido a la sociedad. El sindicato en todo momento ha intentado preservar espacios de razonamiento político frente a posiciones simplistas, posiciones de reforzamiento democrático frente a los ataques a los derechos y libertades, poniendo en valor el contrato social como mejor escenario de convivencia. Todo ello en un posicionamiento claro que la CONC ha representado desde su proceso fundacional, como es la defensa de los derechos nacionales, de los derechos sociales y del derecho a decidir del pueblo catalán en todo aquello que tiene que ver con su marco de convivencia. En todo momento este posicionamiento de firmes principios, ha sido debatido y compartido con el conjunto de la confederación de CCOO a nivel estatal, con un amplio consenso y un alto compromiso de fraternidad, que siempre ha caracterizado a las comisiones obreras, en Catalunya y España.
M.O.: ¿Cómo se logra mantener la cohesión en una coyuntura de fuerte polarización y poca racionalidad? Tanto internamente como en los centros de trabajo.
J.P.: Poniendo en valor la cultura de la participación, de la construcción de las ideas desde el debate compartido y razonado, huyendo de titulares orientados por la opinión publicada, pegados a los compañeros y compañeras en los centros de trabajo, poniendo en valor a las más de 142.000 personas afiliadas y trabajando junto a los más de 21.000 delegados y delegadas, poniendo la agenda social encima de la mesa, con todas las dificultades, pero de manera insistente. Y confluyendo con la sociedad civil desde un posicionamiento abierto, pero coherente, comprometido e independiente. Somos una organización autónoma, independiente políticamente, pero no indiferente, somos una organización social de izquierdas en el mundo del trabajo y orgullosas de ello.
M.O.: Con el «procés» ha surgido un nuevo concepto de «huelga de país», interclasista y con objetivos poco relacionados con las reivindicaciones laborales. ¿Qué valoración hace CCOO de este tipo de convocatorias? ¿Benefician o perjudican desde el punto de vista sindical?
J.P.: El concepto se acuñó el 3 de octubre del 2017, y en concreto se llamó “paro de país”. El objetivo fue dar una respuesta a las cargas policiales en los colegios a los ciudadanos y ciudadanas que libre y pacíficamente participaban en un proceso de votación promovido por el independentismo. Actuaciones gubernamentales que indignaron a medio mundo y sobre todo a la sociedad catalana. El formato de la convocatoria pretendía albergar una respuesta amplia y no circunscrita al concepto clásico de huelga, que desde CCOO quisimos preservar, ya que es la herramienta de la clase trabajadora para hacer frente al conflicto capital-trabajo.
Con posterioridad, organizaciones sindicales preeminentemente independentistas y alguna otra como la CGT o la IAC-CATAC, han formado parte de convocatorias de huelga que han pretendido utilizar el formato de amplia movilización y que perjudican el ejercicio al derecho de huelga a nuestro entender, ya que pretenden poner el conflicto laboral a disposición de intereses partidistas ajenos al conflicto económico y laboral. La huelga está lo suficientemente atacada por el frente liberal y la debemos cuidar mucho, no es un instrumento que se deba manosear alegremente.
M.O.: ¿Cuál debería ser el primer paso hacia la distensión y la apertura al diálogo entre el Gobierno central y la Generalitat? ¿Debe ser la libertad de los presos independentistas una condición sine qua non?
J.P.: Al conflicto político-territorial actual en España, a mi entender, le falta una sentencia y el cumplimiento de un ciclo electoral. Es impensable abrir un espacio fructífero de diálogo y negociación, con líderes políticos en prisión o con un gobierno con 84 diputados/as. La recomposición política en España y Catalunya con un claro componente progresista para afrontar este complejo y difícil contexto y hacer frente a los avances de la derecha, requiere, mientras se dan estas condiciones, que se refuerce el contrato social y se recuperen derechos y libertades que han erosionado gravemente el marco democrático y sobre todo han provocado profundas desigualdades e importantes bolsas de pobreza. Es desde el contrato social desde donde se puede encontrar la plataforma para la recomposición política del país con una clara orientación de izquierdas.
M.O.: Dado su carácter de actor socio-político, ¿qué papel debe jugar CCOO para revertir la división social que el «procés» ha provocado?
J.P.: Comisiones Obreras seguirá trabajando en la misma línea que lo ha hecho durante todo el proceso. Caminaremos sobre nuestras grandes convicciones democráticas, sociales y nacionales para contribuir con trabajo, compromiso y coherencia a una solución progresista, inclusiva y de clase que ponga a las personas en el centro de las prioridades y reforzando el contrato social para garantizar escenarios de igualdad y mejor convivencia en Catalunya y España.