Documental Mujeres en lucha
Dirigido por Carmen Barrios Corredera
“Por mí y por todas mis compañeras hago memoria y cuento y digo, en voz alta y en voz baja. Por mí y todas mis compañeras hago camino y construyo. Por mí y todas mis compañeras nunca dejaré la lucha”. Así comienza el documental dirigido por la fotoperiodista y escritora Carmen Barrios Corredera. Por mí y por todas mis compañeras es el nombre elegido para dar título a una obra que retoma las voces de unas mujeres valientes, con conciencia de clase, casi todas militantes comunistas y del Movimiento Democrático de Mujeres (MDM), que, con una enorme generosidad y determinación, alzaron la voz para que este país avanzara paso a paso hacia una democracia que jamás fue regalada. Mujeres que se organizaron clandestinamente en la España negra del franquismo, de los tricornios, de calabozos siniestros de la DGS, de la Brigada Político Social de los sádicos personajes como Billy el Niño cuyas zarpas también dejaron huella en estas historias recuperadas.
Pero la solidaridad de lucha antifranquista desbordaba todos los muros de esta España custodiada y reprimida por la dictadura. Se extendían por todo el planeta. En Suecia había mucho interés por lo que pasaba aquí. Eran los años 70 cuando la televisión pública, la STV, envío a un equipo a filmar los testimonios de aquellas activistas. Lo recuerda emocionada su productora, Margarita Hjelm: “Todo el mundo estaba comprometido con esta lucha”. El resultado de aquel trabajo, “Mujeres en lucha”, nunca se emitió en la televisión del Estado Español.
Tuvieron que pasar cuatro décadas hasta que Daniel, el hijo de Dulcinea Bellido, una de las protagonistas del documental sueco, recogiera esas cintas y consiguiera pasarlas a un formato que permitiera su visionado. Cuando lo hizo, la película sueca se presentó por primera vez en España en la Fiesta del PCE de 2018.
Esa recuperación de la memoria dio origen a otro documental en el que Carmen Barrios, recogió el hilo rojo y violeta de aquellas cintas antiguas en las que Dulcinea, Eloísa, Isabel, Maruja, Anita… contaban su participación en aquellas luchas. Los hilos con los que las mujeres tejen la historia de la lucha de clases. Se trataba no sólo de recuperar a esas mujeres que lucharon en el pasado sino de conectarlas con las luchas de la mujeres hoy “porque todas ellas están conectadas entre sí, y no se pueden entender unas sin las otras”, explica Carmen Barrios, autora entre otros libros de Rojas, Violetas y Espartanas.
Las mujeres reflejadas en este iceberg encarnan a miles de mujeres anónimas y comprometidas que mantenían una lucha cotidiana, ineludible que jamás consideraban extraordinaria: “No creo que haya hecho nada que no hubiera hecho cualquiera de nosotras en mis circunstancias”, decía entonces Dulcinea Bellido, esa comunista que reivindicó en el PCE el papel subestimado que las mujeres tenían en él.
Más de cuarenta años después Carmen Barrios buscó a las mujeres del documental sueco para rememorar aquellas historias desde la perspectiva que da el transcurso de los lustros. Eloisa Rubio y Carmen Guijarro pelearon en el movimiento vecinal para llevar a los barrios obreros el asfaltado, la luz y el transporte público. También en los colegios, con la creación de las Asociaciones de Padres de Alumnos, las APAS. Consiguieron involucrar a los maestros y con su ayuda empezaron a mejorar el equipamiento de los colegios públicos. Como otras muchas, ella también formaba parte del Movimiento Democrático de Mujeres.
La lucha de Isabel López fue desde el sindicato. Trabajaba en SEAT y cuando el 18 de diciembre de 1971 asesinaron al compañero, Antonio Ruiz Villalva, “por defender la dignidad y la libertad de la clase obrera” dio un paso adelante y se afilió a las clandestinas Comisiones Obrera. El primer paso de toda una larga trayectoria. A su abuelo lo habían asesinado los falangistas y la Guardia Civil en los Ancares. A ella la detuvieron con propaganda del Proceso 1001 pero no cejó su lucha.
Maruja Ruiz Martos, dirigente del PSUC, recuerda, con su marcado acento andaluz, cuando secuestraron un autobús para demostrar que las autoridades mentían al decir que el transporte público no podía subir hasta el barrio obrero de Nou Barris. Ante la negativa del conductor de cambiar de ruta, Maruja le retó “usted es un obrero como nosotros… y si usted no quiere llevar el autobús, se baja y lo conduzco yo”. A partir entonces el barrio tiene autobús. También participó en el encierro realizado por 300 mujeres e hijxs de trabajadores de Motor Ibérica de Poble Nou. Ocuparon una iglesia en junio de 1976, pocos meses después de que la policía disparara indiscriminadamente contra los 4.000 obreros congregados en otra iglesia de Vitoria, matando a cinco de ellos y dejando cientos de heridos. En Barcelona mantuvieron 28 días de encierro contra los despidos y reivindicando amnistía laboral. Hubo muchas luchas desde las asociaciones de vecinos. Y represión: “Me rompieron las cervicales pero logré llevarles a juicio”.
Desde la languidecida cuenca minera de Mieres, Anita Sirgo relata cómo las mujeres organizaban el Partido. Y cómo en La Huelgona de 1962, cuando despidieron a siete trabajadores por reivindicar mejoras laborales y los mineros se encerraron en la mina, fueron las mujeres las que mantuvieron la huelga desde fuera impidiendo la entrada de los esquiroles. La huelga se prolongó varios meses, se contagió por toda España y tuvo eco en algunos países europeos. Fue la primera huelga que se ganó en la España franquista; los trabajadores fueros readmitidos y se lograron las demandas peleadas por de los mineros, pero la represión fue escandalosa, denuncia Anita. A Anita, las palizas le reventaron un oído pero sobrevivió. A su compañera Tina Pérez la reventaron el cuerpo. Murió.
No hay futuro sin historia
Porque fueron, somos. Porque somos, serán. Es el hilo de todas las luchas políticas y obreras. Mercedes Pérez Merino, espartana de Coca-Cola y diputada de Unidas Podemos en la anterior legislatura, representa en este documental la memoria viva de todas las mujeres que le precedieron. Esta veterana sindicalista lo explica con sus propias palabras: “La memoria es la historia y no hay futuro sin historia. El futuro se nutre del ayer y de lo que se está haciendo hoy. Y a medida que van pasando los años me doy cuenta de que cada vez es más cierto”.
Luchó por conseguir en la fábrica un puesto que estaba vetado para las mujeres, fue la primera mujer en el Comité de Empresa y fue una de las voces más oídas de la estoica lucha contra el cierre de la fábrica de Fuenlabrada. “Pelear contra Coca-Cola es más que pelear contra una empresa, es pelear contra los políticos, los medios de comunicación, los vecinos y hasta tus familiares que te dicen, vosotros coged el dinero y dejadlo; no se puede hacer nada contra Coca-Cola. ¡Pero claro que se puede hacer: lograr que traten con dignidad a las personas!”. Otro eslabón ejemplar de la lucha por los derechos desde los sindicatos de clase: “Si no conservara la memoria de los que me precedieron a la hora de organizarme, de organizarme sindicalmente, de negociar, de conocer la forma de actuar de la empresa… ninguna hubiéramos podido conseguir nada”. Por eso Mercedes pone el broche al documental dirigiéndose a la Tribuna de los Diputados, y como cuando éramos niñas, planta la mano diciendo muy orgullosa, muy alto y muy claro:, “¡Por mi y por todas mis compañeras!”.
El documental de Carmen Barrios Corredera, con magistral guión de Aida Fernández y realización de Iván R. Cuevas, ganó el premio de la II Residencia Artística de la UNED, 2019.