Hace unos días me dijo que hablara con el cantante Raimon, que le gustaría saber del libro que estábamos terminando con los artículos de Manuel Vázquez Montalbán en Mundo Obrero y sus dibujos firmados como El Zurdo y después Esquerrà. Su entusiasmo era tal que quería cerrar ya para junio la presentación del libro en el Ateneu Barcelonés. Y de hecho se habló con esa institución, de la que formaba parte como Anna Sallés y el propio MVM.

Cuadro Juste de Nin de Andrés Vázquez de Sola

Su fallecimiento nos ha sobrecogido. Juste de Nin, un dibujante, un hombre de mil batallas, por Catalunya, por la República, por la justicia, no ha podido contra el cáncer.

Con ironía me decía hace poco: “Fíjate, Joaquín, si estamos haciendo bien las cosas en Catalunya que al final el republicanismo va a llegar a España por aquí”. Y es que su temple de buen catalán, demócrata y buen conversador, le hacía ganar mi atención y consideración a cuestiones que, por vivir fuera de Catalunya, no somos capaces de ver. Harían falta muchos como él para construir un diálogo real entre los pueblos. Deja un legado maravilloso precisamente en esa senda de sintonizar y cruzar la historia. Sus grandes obras, novelas gráficas, han ido entretejiendo la actualidad y la historia a partir de la literatura. En lo que supongo que será su último escrito, aún inédito, el epílogo al libro Cambiar la vida, cambiar la historia (los artículos de MVM y sus dibujos en MO), dice que tuvo dos grandes maestros: MVM y Vázquez de Sola, al que conoció en París en la redacción de Mundo Obrero. Fue periodista acreditado de MO en los años de la clandestinidad y la legalización. Creo que las personas entregadas, inquebrantables, son de muerte imposible. Por eso no será posible despedirnos de Juste de Nin, de El Zurdo, de Esquerrá … Es una despedida imposible, siempre estará presente con los suyos, con nosotros. No se le puede decir adiós a un zurdo, a una persona a la que cabalmente podamos llamar de izquierdas.

CARNÉ DE MUNDO OBRERO

Nacido en Barcelona en 1945, Juste de Nin, hijo de padre vasco y madre catalana, estaba vinculado familiarmente con varios personajes históricos bien diferentes. Entre ellos destacan la escritora francoamericana Anaïs Nin y su hermano, el pianista y compositor Joaquim Nin-Culmell, con quien tuvo un vínculo muy estrecho y a quien diseñó el vestuario de su òpera La Celestina. Su abuelo materno fue un arquitecto modernista que compartía el nombre con otro miembro destacado de su árbol genealógico, el periodista, traductor, sindicalista y dirigente del POUM Andreu Nin. Formado en el Liceo Francés, se vinculó al PSUC y a la Asamblea de Catalunya durante la dictadura y empezó a dibujar en publicaciones antifranquistas como Mundo Obrero, donde firmaba como El Zurdo sus dibujos para los artículos de MVM.

Dejó el PSUC por discrepancias sobre la cuestión nacional y entró a Nacionalistes d’Esquerra, además de ser miembro de la Crida a la Solidaritat en Defensa de la Llengua, la Cultura i la Nació Catalanes. Independentista y progresista, Juste de Nin, que siempre reivindicaba el carácter abierto y democrático de su educación francesa y el espíritu antiestalinista y antiautoritario de su pariente Andreu Nin, presidía el Círculo Catalanista del Ateneu Barcelonés, tertulia plural que reúne a intelectuales, periodistas y escritores, y era miembro de la Fundación Andreu Nin, del Patronato del Museu Nacional d´Art de Catalunya y socio de Ómnium Cultural.

Editorial Atrapasueños