Nos ha dejado Benito Cañadas, un hombre bello, bueno y auténtico. Militante del PCE y de IU, fue Alcalde del pueblecito Santa Cruz del Valle, en el Tiétar (Ávila) durante muchos años, convirtiéndose en una figura de referencia para todos los habitantes del valle, para toda la militancia de Izquierda Unida y el PCE en Castilla y León y para miles de militantes de todo el país que le conocimos, respetamos y admiramos. Desde su veteranía, Benito fue siempre el amigo de la juventud, alentando todos los proyectos de regeneración de la izquierda impulsados por diferentes generaciones.
Benito nació en 1937 en Santa Cruz del Valle (Ávila). Cursó estudios para Maestro y más delante estudió Pedagogía en la Universidad Complutense de Madrid. Trabajó como profesor en academia y en una escuela de FP de madera. Durante su labor de maestro se destacó por transmitir su pasión por la cultura a su alumnado. Prácticamente todo el pueblo de Santa Cruz ha sido alumno suyo.
En 1976 se afilia al PCE. Se presentó a Alcalde en 1979 mediante una candidatura independiente vinculada al PCE, siendo elegido por mayoría absoluta y manteniendo dicho cargo -desde 1987 con Izquierda Unida- durante 20 años, hasta el año 1999 en que dejó de presentarse.
Su trabajo en ese pueblo es recordado por todo el valle, y se convirtió en un referente regional y estatal. Potenció el desarrollo rural sostenible y la participación, así como la cultura.
Logró poner en marcha una fábrica de aprovechamiento forestal, uno de los recursos endógenos de la zona, proyecto que estuvo vigente 20 años. Fue el autor de las primeras normas contra la especulación urbanística de la provincia de Ávila. Defendió la construcción de un Hospital Comarcal para el valle del Tiétar. Impulsó vivienda social, servicios públicos, protección de la naturaleza y cultura.
También rehabilitó dos casas forestales, que reconvirtió en una sede para los sindicatos y un albergue juvenil donde, entre otras cosas, se organizaron durante mucho tiempo las escuelas de formación de ámbito estatal de la UJCE.
Durante su mandato el pueblo se llenó de murales que reproducían obras de arte clásico y contemporáneo. La limpieza de las calles y belleza de sus espacios públicos le valió un premio de la Junta de Castilla y León. Una vez me contó que cuando en verano viajaba por Europa iba fijándose en detalles de otros municipios para importarlos a su pueblo.
Fue reelegido hasta que dejó de presentarse. Una vez en Arenas de San Pedro, 15 años más tarde de su marcha de la Alcaldía, yo mismo vi a un ciudadano anónimo acercarse a él tan solo para agradecerle todo lo que había hecho por el Valle del Tiétar, y para decirle que, tantos años después de ser Alcalde, todo el valle recordaba su buena labor en Santa Cruz. No en vano personas de todo el país visitaron Santa Cruz del Valle, un pequeño pueblo que entonces no llegaba a 700 habitantes, para interesarse por su proyecto.
Benito con José Sarrión, exprocurador en las Cortes de Castilla León por IU Los verdes
La primera vez que hablé con él, a mediados de los 2000, me contó que el nuevo Alcalde había dejado estropearse el parque al que había dedicado tanto cariño y que llegó a albergar decenas de tipos de aves diferentes. Estaba organizando una comida popular para arreglar el parque entre todos. Así era Benito.
Nunca le faltaron palabras de apoyo a los jóvenes. Trabamos amistad cuando me presenté a las Primarias de Izquierda Unida Castilla y León en 2015. Realicé un acto de presentación de mi candidatura en Arenas de San Pedro a cuyo fin nos colmó, a mí y a mis acompañantes de candidatura, de generosas palabras de cariño. El siguiente acto que realicé en su provincia fue en Ávila capital, y él se prestó a presentarme en calidad de exAlcalde y persona reconocida en IU Ávila. Por supuesto su presentación fue exageradamente generosa. No era que yo lo hiciera bien: es que Benito derrochaba amor ante cualquier proyecto de gente joven que pretendiera renovar nuestro proyecto de transformación. Y es que precisamente un rasgo de Benito siempre fue su imperturbable apoyo y cariño hacia la juventud. Apoyó todos los proyectos de regeneración de la izquierda, siempre animoso hacia las nuevas generaciones y animando a los mayores a dar un paso atrás.
Durante mis cuatro años de Procurador en las Cortes de Castilla y León charlábamos de vez en cuando. «Castelar» me llamaba, según él por mi oratoria. “Castelar, ya va desapareciendo el olor a naftalina” me dijo cuando fui electo. «Llámame cuando quieras, yo por la noche escucho música hasta tarde» me dijo una vez. Cuando hablábamos siempre nos animaba, nos daba fuerzas, nos hablaba de la importancia de nuestro trabajo y que no nos desanimáramos jamás.
El día que perdí mi escaño me llamó. Yo tenía el móvil comunicando y me dejó un mensaje de voz en el que se escuchaban sus lágrimas. Me insistió en que le visitara, en que quedaban muchas batallas que dar.
Es difícil contabilizar todo lo que debemos a Benito y a su hermana Charo.
Solo quiero en la vida llegar algún día a ser la décima parte de lo que fue él.
Siento mucho no haberte visitado últimamente, compañero. Elisabeth y yo siempre hablábamos de lo mucho que nos apetecía ir a visitarte, pasar un fin de semana en Arenas con los compañeros/as y disfrutar de tu alegría. Primero nos lo impidieron las malditas urgencias cotidianas, después este estúpido virus que nos está quitando tanto. Lo siento, lo siento mucho.
Tú nos enseñaste que no tenemos derecho al desaliento.
Donde quiera que estés, recuérdanos. Sigue soñando un mundo justo y solidario para todos.
Por nuestra parte, podemos jurar que seguirás viviendo en nuestra memoria, camarada.
ExCoordinador de Izquierda Unida Castilla y León