Los servicios secretos británicos aumentaron su presencia y la intensidad de su intervención en América Latina durante la década de 1960.
El profesor Rory Cormac, de la Universidad de Nottingham, le ha contado a la BBC el resultado de sus investigaciones (*). Gran Bretaña colaboraba con Estados Unidos contra el comunismo pero al mismo tiempo consideraba que Washington estaba perdiendo influencia en la región y pretendía quedarse con una parte del mercado latinoamericano en crecimiento. “Dos objetivos -comenta Cormac- que no siempre se podían combinar de forma armoniosa”.
Bajo el impacto de la Revolución Cubana, diplomáticos y espías británicos realizaron una misión de exploración en 1961 y Londres decidió entonces “aumentar drásticamente sus acciones encubiertas en América Latina”.
El MI6 (la CIA británica) coincidió con las operaciones estadounidenses para en 1964 impedir la victoria electoral de Salvador Allende en Chile y organizar el golpe de Estado de los militares en Brasil contra el presidente Joao Goulart.
Los agentes británicos -revela ahora Cormac- “compraron a periodistas, difundieron informaciones falsificadas, infiltraron a los sindicatos y contaron con la complicidad de sacerdotes”.
(*) The Currency of Covert Action: British Special Political Action in Latin America. Rory Cormac. Revista de Estudios Estratégicos.