El escrutinio de las urnas de las presidenciales portuguesas ha confirmado todos los pronosticos: fuerte abstención y un aumento del voto conservador como consecuencia (en parte) de la pandemia. El actual presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, ha revalidado el mandato con un 60,70%, por lo que no necesitará una segunda vuelta. El porcentaje de voto que ha obtenido iguala al de la abstención, en unos comicios en los que solo ha participado el 39,49% del censo electoral.

Para entender el triunfo del candidato vinculado al derechista PSD hay que tener en cuenta varios factores. El primero es su popularidad, un traje que le han diseñado los medios de comunicación y que ha jugado un papel decisivo en esta campaña, en la cual, debido a la situación sanitaria, se han sustituido los mitines y el trabajo de calle por intervenciones en las televisiones, donde además contaba con la ventaja derivada del ejercicio de las funciones presidenciales.

El otro factor importante a tener en cuenta es el papel que ha jugado el Partido Socialista, ya que oficialmente no ha apoyado a ningún candidato y ha dado libertad de voto a su militancia. A nadie se le escapa lo llamativo de la cuestión: el partido más votado en las elecciones legislativas de 2019 no tenia una candidatura a la que apoyar. Esto ha conseguido que parte del electorado del PS se decante por la candidatura de Marcelo Rebelo de Sousa, haciendo de esta opción la ganadora, pues además de contar con el apoyo de su partido, el PSD, también lo tenia del CDS-PP, otro partido derechista que tiene 5 diputados en la Asamblea de la República.

Dentro de la escandalosa posición que ha mantenido el PS para estas elecciones entra Ana Gomes, que ha quedado en segunda posición con un 12,94%. Esta candidata es militante del PS y ha sido 15 años eurodiputada de dicho partido pero decidió presentar su candidatura independiente con el apoyo del PAN (un partido animalista desclasado) y Livre, una escisión a la derecha del Bloco de Esquerda.

En tercer lugar ha quedado el ultraderechista Chega!, un partido de nueva creación que surge dentro de la ola reaccionaria y totalitaria que recorre el mundo.

João Ferreira, con el apoyo del Partido Comunista Portugués y el Partido Ecologista Os Verdes, se ha quedado en el 4,27%. Y Marisa Matias, del Bloco de Esquerda, 3,94%.

LA LUCHA SIGUE

El PCP ha hecho referencia en su valoración electoral al agravamiento de la situación económica y social en el país, contexto en el cual se han desarrollado las elecciones, aseverando la necesidad de una respuesta urgente a los problemas que enfrenta la nación. La evolución más reciente de la pandemia y los problemas y preocupaciones que suscita, el uso que se está haciendo de ella para imponer una agenda de limitación de derechos y regresión social, requiere una decidida política de revalorización de los salarios y derechos de la clase trabajadora, protegiendo el empleo y las condiciones de trabajo, apoyo efectivo a las micro, pequeñas y medianas empresas que afrontan la caída brusca de la actividad, además de una respuesta a las dificultades en las que se encuentran sumergidos los profesionales y promotores de la cultura.