Nuestra comarca viene siendo azotada desde los años 90 por la desindustrialización, el desempleo y el envejecimiento irremediable de la población. Nuestra comarca, que en el pasado fue tractora de la economía gracias a empresas potentes como Aceros de Llodio, Tubos Reunidos, Tubacex, Vidrala o Villosa, por mencionar sólo algunas de las más importantes, ha sido azotada una vez más por otra crisis económica que ha golpeado donde más duele. Con los despidos en Tubacex, sumados a los provocados por el cierre de Valvospain y otros mucho menos mediáticos, nuestra comarca ha visto, una vez más, que quien paga los platos rotos es la clase trabajadora. La avaricia de unos pocos ha buscado la solución fácil para seguir manteniendo sus ya grandes beneficios en lugar de apostar por recursos menos traumáticos mientras se encuentra respuesta, a medio y largo plazo, a la necesaria adaptación que ha de realizar la empresa a los retos del futuro.
Esos ávaros con mente cortoplacista que no quieren contemplar otra medida que no suponga mantener sus ganancias, sin tener en cuenta que el mayor aval que tiene toda empresa es su plantilla. No hay nada nuevo bajo el sol. El sistema es el que es y está diseñado para favorecer a los de siempre. Ante esto, la clase trabajadora solo tiene una respuesta posible: construir un nuevo sistema que nos proteja frente a los ataques de la patronal, de los hasta ahora poderosos. Pero cambiar el sistema es un reto mayúsculo que requiere de mucho esfuerzo y muchos sacrificios, necesita sobre todo la unidad y la solidaridad de la clase trabajadora.
Un individuo, por sí solo, no puede derrotar a un gigante, por más que nos cuenten la historia de David y Goliat. A este gigante, el sistema que padecemos la clase trabajadora, sólo podemos derrotarlo unidos, luchando codo con codo con las compañeras y compañeros no sólo de nuestra empresa sino de todas. Porque la unidad y la solidaridad suponen que cuando el sistema nos ataque a unos, el resto responda en su defensa.
Por eso, saber que este lunes las plantillas de las empresas de la comarca van a movilizarse por la defensa del empleo me hace albergar ese hilo de esperanza de que, tal vez, se están empezando a minar los cimientos del sistema. No soy iluso, es sólo un paso, minúsculo pero necesario después de tanto tiempo de letargo. Comenzar a aunar las luchas de las plantillas que están sufriendo estos injustos despidos masivos debe ser otro. Después deberán venir más. Por que no sólo se trata del drama de las familias que pierden sus ingresos. Se trata de la economía de un país que, si no se organiza y asume que debe luchar unido, seguirá cada vez más oprimido por el sistema. Porque hoy son Tubacex, ITP, Alestis, Aernnova, Matricerías Deusto, pero mañana… puede tocarnos a cualquiera.
Así que el lunes toda Aiaraldea debemos dar ese pequeño paso solidario por la defensa del empleo en nuestra comarca y acudir a la movilización. Allí estaré.
Responsable Político del PCE-EPK en Araba