La noche de las estrellas fugaces
Ben PastorAlianza editorial

Han transcurrido años desde que no dedicaba mi espacio literario a comentar algunas de las siempre jugosas novelas de Ben Pastor cuando me sorprende la noticia sobre su más reciente obra, La noche de las estrellas fugaces, la historia entre la realidad y la ficción de un capítulo de la historia de Alemania bajo el nazismo.

Martín Bora, teniente coronel en servicio, exigente consigo mismo, culto militar, honesto y laborioso intelectual, pasa unos días en Berlín para asistir al funeral de su tío, un médico reputado, crítico con los experimentos desarrollados por la barbarie nazi. En ese momento le llega la orden de investigar el asesinato de Walter Niemeyer, un conocido mago, astrólogo y vidente de la alta sociedad desde los tiempos de la República de Weimar, amigo y confidente de los jerarcas nazis. La trama coincide con los días anteriores a la operación Valkiria, el intento fallido de asesinar a Adolf Hitler orquestado por conspiradores civiles y militares que deseaban derrocar al régimen y negociar el fin de la Segunda Guerra Mundial

Como en todos los trabajos se fuma, hago un alto en el camino para ojear desde el tendido las cosas de España por la semejanza de algunos hechos en el ruedo ibérico. Difícil creer al presidente del PP, figura mediocre, propia de la de un aprendiz de derecho, tartamudo, con escasa cultura en el juicio escrito con renglones torcidos que nos leyó en el Parlamento como quien se suena la nariz y luego pedorrea mirando al tendido. Al menos podría haber citado a su histórico José María Pemán, autor de El divino impaciente, que hasta nos recordó que su Generalísimo cruzó el Estrecho de Gibraltar llevado en volandas por ángeles. Manifestando que Franco significaba la segunda Giralda de Sevilla. Y en todo esto no debemos olvidar al fiel historiador de la Cierva, que lo dio todo por el franquismo incluida su bondadosa sonrisa muy personal.

Y volviendo a la narración que comentaba, pronto el perspicaz Martin Bora se da cuenta de que hay mucho más en juego que ese asesinato. Berlín es una ciudad paranoica donde todos sospechan de todos y corren rumores insistentes de una conspiración que apunta al corazón mismo de la jerarquía nazi. El peligro acecha detrás de cada esquina. Los ánimos están precariamente tensos entre los oficiales del ejército, las reuniones secretas se multiplican, las muertes sospechosas se suceden mientras estrellas fugaces cruzan los cielos nocturnos de Berlín como si fueran el símbolo de un pasado glorioso que se desvanece.

Escritor y crítico literario