A lo largo de la historia de cada vida, ella te ha podido advertir los juegos sucios del poder que te dirá con sorna que son ellos los autores. No olvides mirar quién te hace la propuesta.

“Soy un autor dramático, muestro lo que he visto. Y he visto mercados de hombres donde se comercia con el hombre. Esto es lo que yo, como autor drástico, muestro”

Es célebre la frase del campesino cuando en tiempo de elecciones se acerca el señor al bracero inclinado en el surco para decirle que ya están aquí las elecciones y tienes que votar. Y el trabajador levanta la cabeza y dice: Don Manué, en mi hambre mando yo. Esto lo contó Felipe González en su inolvidable intervención en el primer mitin de la democracia. Fue en la plaza de toros de Alcalá de Guadaira, rebosante de gentío.

La vida es un pulso constante, para unos y otros. Los muchos generalmente suelen llevarse la peor parte. Luego está la otra, la minoritaria que difícilmente se lleva la peor parte. Ella maneja los hilos del compro y vendo. Si el negocio va bien, reparten entre los de abajo unos mendrugos para calmarlos. Todo es sencillamente la pura realidad.

La barca nuestros padres arrastraron
un poco más arriba donde muere el río.
Alcanzarán las fuentes nuestros hijos.
Nosotros somos los de en medio.

Es como en la noria, sus cangilones engañan en su llevar y vaciar el agua. Que el burro dé vueltas y vueltas sin poder entender ni pensar sobre este círculo vicioso donde está enganchado el animal, cómo van las cotizaciones en la esfera del mundo, mientras sus vientres sentados fuman puros de fortuna y rezan a su manera al orden establecido bajo un cielo modificado para las ceremonias.

La comida de abajo les viene.
Los de arriba la comen.
Aquellos que la arrastraron
no han comido.

Hace algunos años que la izquierda ha olvidado a Brecht y a tantos otros creadores de la razón compartida. El siglo XXI es todopoderoso y artífice de decorados de pesebres donde calmosamente ofrece a la ciudadanía el pienso diario y vive con placer de ficción de reinas y eméritos protegidos. Lectura es decorado que frente al consumo teledirigido muestra. Esta es la modesta razón de seguir alimentando la lectura como el último refugio donde decir: leo, luego existo. Y hoy le ha tocado a Poemas y canciones de Bertolt Brecht.

(*) Francisco Vélez Nieto es escritor y crítico literario

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