He estado muy al tanto por la prensa de la gira de Silvio Rodríguez por España. Algunos estuvieron infructuosamente amenazando que iban a hacer imposible la realización de sus conciertos, lo que en definitiva ha culminado en un rotundo fracaso. Los conciertos se repletaron de un público amoroso de la Cuba revolucionaria. Además de que Silvio les propinó una lección de patriotismo y humanidad que deberían asimilar para darle algún valor humano a sus vidas y dejar a un lado los odios y rencores con que se manifiestan agresivamente en coincidencia con la política del imperialismo yanqui dirigida a crear hambre y desesperación en el pueblo de la Cuba que los vio nacer.
Tantos odios y rencores no se van a imponer a una Revolución que ha luchado durante más de 60 años contra las agresiones del imperio yanqui. En este orden de cosas, quiero reiterar la vigencia de lo planteado por el Che de que con el imperialismo “ni tantico así”, que es una constante que no me canso de recordar y reiterar en las actuales circunstancias.
Me voy a referir a la crónica de Jesús Ruiz Mantilla, “Silvio Rodríguez: ante todo, poesía”, en el blog Segunda Cita de Silvio que ha sido alimento para mi fe en la Revolución Cubana.
De esta hermosa crónica quiero citar dos párrafos significativos:
“…Dice Rodríguez que aún se siente parte de la revolución. Pero la grandeza de su música ?por eso trasciende? reside en haberse sabido alejar en su mayoría de lo estrictamente panfletario. La poesía, como esencia, es su fin y su valor. Pocos han sabido como él trazar una delicada ambigüedad entre el discurso político y el amor; entre lo reivindicativo y lo que, sencillamente, aun cargado de dinamita social, puede elevarse a obra de creación. Cuando todo se hunde, se salva lo indestructible, que tiene que ver con el arte atado por igual a lo íntimo y a lo colectivo. Y eso es mucho salvar…Por eso resuenan con vigor aún sus grandes temas. Lo mismo da que los cante en una calle de La Habana o, como este sábado, en el barrio de Salamanca madrileño, un reducto nada simpatizante de la Revolución cubana. Un pequeño grupo de miembros de la comunidad cubana en Madrid se instaló en el exterior del WiZink para protestar por el concierto y exigir democracia en Cuba. Dentro, el recinto estaba atiborrado de fieles izquierdistas en diferentes escalas de intensidad ?desde la radical y la sencillamente progresista? y una transversalidad generacional que daba idea de hasta qué punto el ‘aprendiz’ cala aún hoy entre los jóvenes…”
“…Aquel puente de amistad que trazaron los dos (se refiere a Aute y a Silvio) se convirtió en un enriquecimiento mutuo, perpetuo, indestructible, siquiera por la nostalgia que muchas veces viene a imponer la muerte. Aun así, en su visita a Madrid, Rodríguez demostró, haciendo música entre amigos, que la felicidad marca sus pautas todavía en el escenario sin que por ello renuncie al compromiso…”.
La suerte está echada, ya veremos que el amor de los revolucionarios que es el amor del pueblo en general se habrá de imponer a las amenazas de los odios, los rencores, las mentiras, los insultos y las traiciones.
(*) Fundador del Partido Comunista de Cuba. Dirigió el periódico Juventud Rebelde y la revista El caimán barbudo.
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