La contra pro imperialista ha quedado desarticulada después de su fracasado 15 N, con sus fallidas marchas sin pueblo, sin respetar nuestra Constitución y nuestras leyes.
Era evidente iba a fracasar su política traidora y dependiente del imperialismo, del bloqueo criminal dirigido a provocar la desesperación en el pueblo cubano.
El fallido gobierno de Biden ha sido también derrotado pero no podemos dormirnos en los laureles porque el imperio tiene muchos recursos disponibles para ahogar nuestra economía.
En lo interno también nos quedan muchas amenazas latentes que pueden tener peores efectos que las desfasadas acciones de la contra pro imperialista. Ante todo una burocracia conservadora, triunfalista y corrosiva, principal aliada y gestora de la inflación galopante que ahoga sin piedad a la población. En especial a los más débiles y jubilados.
En mi criterio, la inteligencia y el saber escuchar, más allá de las autosuficiencias tan dañinas que pueden jugarnos una mala pasada, entran en un primer orden de prioridades porque la economía requiere de una acción integral y adecuadamente consensuada. Son varios y muy importantes los economistas experimentados que están alertando sobre los pasos inmediatos. Creo que deben ser muy tenidos en cuenta en sus atinadas advertencias. Me parece muy necesario promover un encuentro efectivo de escucha y atención al respecto de lo que están planteando. Eso sería muy efectivo y no es difícil lograrlo.
Mientras tanto hay que reconocer muy especialmente los efectivos esfuerzos que se están haciendo en los barrios más necesitados y los constantes encuentros del presidente con los principales sectores del país.
(*) Fundador del Partido Comunista de Cuba. Dirigió el periódico Juventud Rebelde y la revista El caimán barbudo.
(*) / La Habana