Un alto mando del Ejército colombiano fue apartado de su cargo mientras se investiga su presunta alianza con una banda narcotraficante para enfrentar a las disidencias de las FARC en el suroeste del país, informó este domingo 13 de febrero el Ejército Nacional de Colombia.
«Siendo el interés de la institución contribuir al esclarecimiento de los hechos, se remueve del cargo» al general Jorge Herrera Díaz, quien fungía como comandante de la sexta división del Ejército con jurisdicción en el sur del país, indicó la autoridad militar en un boletín.
La decisión se da luego del escándalo que desató una publicación periodística el fin de semana que salpica al alto mando. El medio digital Cambio y el telediario Noticias Uno revelaron audios de una conversación entre Herrera y sus subalternos en julio de 2019 en los que el comandante explica lo que parece ser una alianza con la banda narcoparamilitar Los Pocillos.
«Caliche era el de la parte armada y el de finanzas, Pocillo (…) Hermano, entienda, los manes siguen manejando el narcotráfico, siguen delinquiendo. Yo me reúno con ellos, ellos vienen acá, hablan conmigo», se escucha decir a Herrera, entonces comandante en una brigada del departamento del Cauca (suroeste).
La publicación periodística asegura que en esa reunión se discutieron los acuerdos del Ejército con Los Pocillos para combatir a una facción de las disidencias de las FARC que se marginó del Acuerdo de Paz firmado en 2016, aunque esa parte de la grabación no fue revelada. «Esta es la puta guerra, entonces más bobitos nosotros, sabiendo que eso pasa y nosotros no nos queremos convencer», dice Herrera en otro fragmento publicado de la conversación.
El militar admitió su vínculo con la banda de Los Pocillos, la cual controla un corredor por el que fluyen 150 toneladas de cocaína al año, el 15 por ciento del consumo mundial, según reveló el reportaje.
En el encuentro con sus subalternos, Herrera Díaz también subrayó que él prefiere ver a los enemigos muertos que capturados: “Y usted tiene que neutralizar esa estructura, pero neutralizar es darlos de baja”, acotó.
El general Jorge Hernando Herrera Díaz admitió su relación con la banda de Los Pocillos que administra un corredor por el que fluye el 15 por ciento del consumo mundial de cocaína (hilo ?) https://t.co/FAPX3ehN5n
— Cambio (@estoescambio) February 13, 2022
El Ejército pidió a la Fiscalía que investigue no solamente al general «sino al personal militar que pudo participar en mencionada reunión, pues era su obligación, en el momento, denunciar estas presuntas actividades ilícitas», según el boletín.
De acuerdo con la investigación periodística, Herrera enfrentaba a disidencias de la exguerrilla FARC al mando de Gentil Duarte, uno de los hombres más buscados del país. El histórico Acuerdo de Paz desarmó a unas 13.000 personas rebeldes de la que fue la guerrilla más poderosa del continente, pero quedaron activos varios frentes hoy conocidos como disidencias que operan sin un mando unificado.
Tres meses antes de la reunión de comando en la Brigada 29, el general Herrera había informado personalmente a los medios sobre la muerte de alias Jayson, uno de los líderes de las disidencias de Gentil Duarte.
El diario El País de Cali reprodujo su declaración en estos términos: “Se neutralizó a alias Jayson y se capturó a otros dos disidentes, además se incautaron también dos fusiles, una ametralladora, un lanzagranadas M-79, uniformes y propaganda terrorista. El combate duró cerca de dos horas en la parte norte de Argelia y sur de El Tambo”.
Sin embargo, en la conferencia con sus subalternos, el general dejó claro que prefiere ver a los enemigos muertos que capturados: “Y, usted tiene que neutralizar esa estructura, pero neutralizar es darlos de baja”.
En el Cauca había rumores de que el Ejército apoyaba unas bandas criminales en la zona para perseguir a otras. Las propias disidencias de Gentil Duarte lo habían dicho en lo que denominan “boletines de guerra”. En noviembre de 2019 hubo movilizaciones de campesinos para denunciar el hecho y pedir el retiro de las tropas de los municipios de Argelia y El Tambo.
Alias Jhonier, líder del que Gentil Duarte llamó Comando Conjunto Occidental, CCO, fue abatido hace apenas tres semanas. Jhonier, en entrevista con el investigador Ariel Ávila de la Fundación Paz y Reconciliación, Pares, había dicho que sus hombres se habían enfrentado con guerrilleros del ELN revueltos con soldados del Ejército en el norte del Cauca. Y que su encuentro en la zona con las disidencias de Iván Márquez había sido, según él, otra farsa:
“Hemos encontrado donde aparecen cinco o seis individuos con brazaletes de la Segunda Marquetalia. Hemos mandado nuestras estructuras a verificar y terminamos dándonos bala con el Ejército, que tiene un relacionamiento con un grupo armado allá, que se llama los Pocillos, donde el comandante es uno que le dicen Pocillo y otro que le dicen Caliche”. Es decir, los mismos hombres que se reunían con el general Herrera, según él lo contó a sus subalternos.
Los rumores sobre operaciones conjuntas del Ejército con guerrilleros del ELN y la banda de Los Pocillos llegaron a la reunión de comando. El general Herrera Díaz intentó explicarlo. Dijo que Los Pocillos eran las cabezas de una estructura que administraba todo el corredor del narcotráfico, en la que se incluían organizaciones de exguerrilleros y de civiles. Mencionó específicamente a la Asociación Campesina de Trabajadores de Argelia, Ascamta.
En Argelia hay 11.400 familias cocaleras con sus parcelas inscritas en los programas de sustitución voluntaria hasta ahora no implementados.
El general comenzó por describir a la asociación de campesinos (Ascamta) como principal beneficiario del narcotráfico: “Ah, ¿quiénes manejan eso? Ellos no lo manejan. Los presidentes de juntas de acción comunal de todas las veredas de Ascamta. Y ¿Ascamta por qué recibe esto? Porque ellos son los que les cobran a los narcotraficantes. ¿De dónde? Del Norte del Valle, los de Cali o los que quieran entran allá”.
Más tarde, se escucha en la grabación una explicación de la relación entre Los Pocillos con organizaciones de la sociedad civil de Argelia, bandas criminales y carteles del narcotráfico. Según explicó el general Herrera, esta sería una guerra popular prolongada, en la que su papel no tendría por qué ser reprochado:
“Esta es la puta guerra. Entonces más bobitos nosotros, sabiendo que eso pasa y nosotros no nos queremos convencer. Entonces por qué mi general Herrera habla con esos hijueputas…”
Unos meses antes, en abril, fue reportado muerto Navides Chilhueso Noscué, alias Tigre Indio, líder histórico del ELN y negociador de paz en Quito. A principios de siglo, él y su Frente José María Becerra, derrotados por el bloque minero de los paramilitares en el Magdalena Medio, fueron acogidos por el Frente Jaime Pardo Leal de las Farc, en “solidaridad guerrillera”, para que tuvieran un nuevo comienzo en el norte del Cauca, como nuevo “Frente de Guerra Suroccidental” del ELN.
A pesar de la muerte de su líder, el resto del frente, como había explicado el general Herrera, seguía haciendo parte de la alianza con Los Pocillos y el Ejército. Por eso resultaba particularmente extraña la muerte de Tigre Indio a manos de militares. Bueno, eran militares pero no eran las unidades al mando del general Herrera Díaz. La Brigada Especial Contra el Narcotráfico, Bracna, adscrita al Comando General de las Fuerzas Militares, ejecutó la operación. A la Brigada 29 le correspondió solamente resolver un “problema logístico”, según explicó su comandante en la misma reunión:
“Los manes de allá tienen un video que tienen ahí lo van a sacar y lo han estado sacando… le han estado haciendo bulla porque no hubo combate, porque al Tigre no le encontraron arma, lo dieron de baja desarmado… mejor dicho, eso no va a pasar nada, pero los manes nos quieren hacer bulla por ese lado.”
Según el reporte militar de la operación, citado por el diario El Colombiano, “además, se logró la incautación de una pistola calibre 7.65 y tres granadas de fragmentación”. Si el reporte habla de armas pero el general dice que el guerrillero estaba desarmado, hay buenas razones para pensar que le plantaron la pistolas y las granadas.
Ante los resultados obtenidos por el general Herrera Díaz en la Brigada 29 del Cauca, fue ascendido a mayor general y designado como comandante de la Sexta División del Ejército establecida en Florencia, Caquetá, y con jurisdicción en los departamentos de Vaupés, Caquetá, Putumayo y Amazonas.
Sobre la operación que terminó con la muerte de alias Tigre Indio, supuestamente desarmado y fuera de combate, el general Herrera dijo que no había tenido responsabilidad porque fue una acción ejecutada por otra unidad militar.