Estamos asistiendo a la creación colectiva, desde diversos agentes mediáticos y políticos, de un estado de ánimo entre la población que va más allá de la información y la denuncia del drama humanitario acarreado por los sucesos recientes que están ocurriendo en el escenario europeo. Se incita, a partir de información sesgada y comprometida con solo una de las partes, la creación de un estado de ánimo que parece incriminar y criminalizar a toda la ciudadanía rusa. Una información libre y crítica requiere, en cualquier situación conflictiva, el mínimo de contraste atendiendo a la diversidad de hechos, informaciones y discursos que producen, al menos cada una de las partes.
Tras esta estrategia se ocultan otros dramas humanitarios y bélicos que se dan en otros escenarios y sobre los que Estados de la supuesta “comunidad internacional” tienen responsabilidades bien en su génesis y/o su mantenimiento. Por ejemplo, oculta el evidente significado agresivo y amenazante que tiene el mantenimiento de una alianza militar como la OTAN y su estrategia expansiva hacia los límites de Rusia.
Esta preocupante ausencia de información crítica y contrastada está provocando peligrosas actuaciones con diversos grados de xenofobia y agresividad contra todo lo que pudiere sonar a origen y/o comunidad rusa. Cuando esta estrategia y el clima de polarización subsiguiente llega a las Universidades y deriva en actuaciones colectivas contra las comunidades de personas rusas en el interior de nuestras instituciones, la situación resulta inadmisible. Los y las firmantes de este artículo pertenecientes al ámbito académico entendemos que deben crearse líneas rojas que impidan que esos climas agresivos e incriminadores entren a nuestras aulas y espacios de docencia, investigación y creación de conocimiento, reivindicando, por el contrario, una Universidad libre, crítica, dialogante y abierta a las diversas personas, lenguas y culturas independientemente de su origen y adscripción.
Entendemos que la ciencia, la educación y la vida académica deben comprometerse frente al militarismo, colonialismo, explotación, violencia, opresión y discriminación, o cualquier actuación racista y/o xenófoba, machista y construir líneas rojas como las siguientes:
– No aceptación de posiciones generalistas como la mantenida por la Universidad de Valencia cancelando la actividad del Centro ruso o la instancia a estudiantes de esta nacionalidad a volver a su país por cuanto parecen incriminar a todas las personas de un colectivo por su nacimiento o las mantenidas por la CRUE, o el propio Ministerio, llamando a las instituciones académicas a suspender toda relación con las rusas.
– La centralización de las miradas e informaciones en un exclusivo caso como el de Ucrania, cuando otros conflictos llevan años enquistados produciendo dramas humanitarios de similar calibre y, sin embargo, las instituciones universitarias se han mantenido en silencio. Además, porque existe el riesgo de que estas actuaciones contribuyan a aumentar el enfrentamiento indiscriminado.
– Las Universidades deben expresar su solidaridad con todas las víctimas que sufren dramas humanitarios y que otros actores crean en cualquier lugar del planeta, exigiendo el cuidado y protección que desde el derecho humanitario debe resguardarles.
Consideramos impropio de la Universidad la adopción de medidas que con la excusa de la paz acaban contribuyendo al aumento de la discriminación y de la crispación probelicista y armamentística. Por el contrario, la Universidad debe reflexionar desde su pluralidad sobre las causas y alternativas a la violencia en los conflictos y rechazar cualquier solución bélica de intereses en cualquier parte del planeta, instando a la paz desde soluciones negociadas.
Por tanto, No a la Guerra en cualquier lugar del planeta y no a las actuaciones de cualquier tipo que tiendan a incitarlas y/o exacerbarlas. No a las alianzas militaristas como la OTAN que siguen siendo reductos de la Guerra Fría y que carecen de sentido para la creación de escenarios de paz y distensión.
Artículo firmado por:
Amaia del Río Martínez, Equipo de Educación Hegoa UPV/EHU
Concepción Gómez Verdesoto, Universidad Complutense Madrid
Conchi Francos Maldobado, Universidad Oviedo
Consol Aguilar Ródenas, Universitat Jaume I
Daniel Herranz, Universidad Politécnica Valencia-CSIC
Universidad León
Francisco Pérez Fernández, Universidad Camilo José Cela
Gema Celorio Diaz, Equipo de Educación Hegoa UPV/EHU
Iris Murillo, Equipo de Educación Hegoa UPV/EHU
Itziar Ruiz-Giménez Arrieta
Universidad Autónoma Madrid
Jaime Pastor Verdú, UNED
Jose V. Boscà Berga, Universidad Politécnica Valencia
Juan Germán Bulla Forero, Consultoría Asociación Española Conectados sin Fronteras
Juan Jose Celorio Diaz, Equipo de Educación Hegoa UPV/EHU
Manuel Monleón Pradas, Universidad Politécnica Valencia
Marcos Valcárcel, Universidad Santiago de Compostela
María Verdeja Muñiz, Universidad de Oviedo
Myriam Dorado de Cáceres, Universidad Complutense Madrid
Pamela Pereyra Zamora, Universidad Alicante
Pedro López López, Universidad Complutense Madrid
(UPV-EHU)