La guerra en Ucrania lo ha cambiado todo. Es una obviedad, pero no por ello debemos dejar de decirlo. Supone un cambio casi tectónico en las relaciones internacionales y la geopolítica, donde aún existe una elevada incertidumbre sobre cuál va a ser el resultado final; que incluso pueda tardar años en asentarse.

De lo que no hay dudas es que este conflicto está rodeado de elementos clásicos en el control de recursos estratégicos y que la guerra está teniendo enormes consecuencias en la economía.

Rusia suministra el 43% del mercado mundial del gas natural. La venta de hidrocarburos representa el 60% de sus exportaciones

Si bien Ucrania es conocida por su papel estratégico de tránsito de gas natural de Rusia a la UE, menos conocido es el hecho de que es un país rico en recursos naturales. Hay abundancia de hierro, carbón, manganeso, gas natural, petróleo, sal, azufre, magnesio, grafito, titanio, caolín, níquel, mercurio, oro y uranio. Un escenario bélico como el actual dispara el precio de todas estas materias primas necesarias en un sinfín de procesos productivos.

La agricultura es otro de los grandes puntales de su economía, hasta tal punto que en 2013 China compró 3 millones de hectáreas de terreno para cultivar cereales y ganado porcino para alimentar a la creciente población china que ha visto en los últimos años como ha aumentado su renta disponible y han mejorado y diversificado su alimentación. La superficie adquirida por China supone el 5% de todo el territorio de Ucrania y es equivalente al tamaño de Bélgica.

En los informes de ICEX (Instituto de Comercio Exterior de España) y del Ministerio de Exteriores del Gobierno Español podemos comprobar dos hechos fundamentales: uno, que España en 2021 no tenía prácticamente intereses económicos ni comerciales en la región; y dos, que el propio Ministerio de Exteriores señalaba (incluso de forma reiterada) los enormes problemas de corrupción del Gobierno ucraniano que dificultaban la inversión extranjera directa. Esto, por razones obvias, ahora queda convenientemente silenciado.

LA UE NECESITA LAS MATERIAS PRIMAS DE UCRANIA

En todo caso, quedaba demostrado que nos querían embarcar en una guerra en la cual España no tiene nada que perder, pero tampoco que ganar. Hay, por tanto, una dejación de intereses nacionales para sumarse a los intereses de terceros, aunque éstos puedan ser de carácter europeo y nos arrastren a una importante recesión económica y una inflación galopante. Y aquí si es importante mencionar los intereses manifiestos (aunque ahora no se declaren abiertamente) de la UE en Ucrania, ya que en julio de 2021 la Comisión Europea firmó un memorándum con el gobierno ucraniano en el marco de una “asociación estratégica sobre materias primas” en el contexto de la estrategia Europa sobre materias críticas para la transición ecológica del Pacto Verde Europeo y la transformación digital de la economía y particularmente en la industria en la Estrategia Europea Industrial. Es decir, en un contexto como el actual, de extrema dependencia de determinadas materias primas para la “nueva” industria europea”, y ante el rechazo social y ambiental generalizado en el seno de la UE, Ucrania se presentaba para la UE como un aliado estratégico que había que proteger de la invasión rusa.

RUSIA ES RICA EN METALES IMPRESCINDIBLES PARA LA INDUSTRIA DEL SIGLO XXI

Por otro lado, pensemos en Rusia. El 43% del mercado mundial del gas natural lo suministra Rusia. La venta de hidrocarburos representa el 60% de las exportaciones de este país. De ese 60%, un 72% de las exportaciones se venden a las principales potencias europeas (9-10% a España) y exporta alrededor de 4 millones y medio de barriles de petróleo/día, en un mercado global de unos 100 millones de barriles/día, siendo el 8º país que más petróleo suministra a España, en torno a un 4,3%.

Pero además Rusia es un país exportador de materias primas esenciales para la industria del siglo XXI. Produjo 3,8millones de toneladas de aluminio en 2021 (6% de la producción mundial) y extrajo 7.600 toneladas de cobalto el año pasado, más de 4% del total mundial, solo por detrás de la República Democrática del Congo. Generó 920.000 toneladas de cobre refinado el año pasado (3,5% del total mundial) y un 7% de níquel, al margen de los intereses mineros sobre este metal que mantiene en territorios como en el Caribe guatemalteco. También es el mayor productor mundial de paladio, con un 40% del mercado, y un importante productor de platino (10% de la producción minera total). Además, es el tercer productor mundial de oro, tras Australia y China, y representa el 10% de la producción minera mundial, pero también el 15% del total mundial de titanio, así como el 4% del total mundial de acero, la mitad de cuya producción exporta a Europa.

En conclusión, si antes comentábamos que la invasión a Ucrania está sirviendo a los mercados para un alza en los precios, bien podemos imaginar que la batería incesante de sanciones a Rusia también tiene un efecto directo en la escasez y precios de estas materias primas tan necesarias para nuestra economía.

(*) Álex García es Responsable Federal de la Red de Energía de IU.

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