Son autenticas ratas. Solo se puede calificar así a la patronal agraria de Extremadura tras las últimas propuestas que han lanzado. Pretenden aumentar la jornada laboral, devaluando el precio de la hora de trabajo, la cual además se tendría que desarrollar en las horas de calor en una comunidad que en verano alcanza una de las temperaturas más altas del país.

Pero no les es suficiente. También han pedido congelar la antigüedad, eliminar el plus de transporte, los complementos por las bajas laborales y el bocadillo. Sí, como leen, la patronal agraria de Extremadura ha llegado a proponer suprimir el descanso para comerse un bocadillo durante la jornada. Y es que no quieren trabajadores y trabajadoras, quieren esclavos sin derechos. Esa es la realidad aunque luego salen una y otra vez lloriqueando en los medios de comunicación, porque dicen que no encuentran mano de obra.

En Extremadura, el campo da trabajo a más de 65.000 personas que ven cómo sus derechos siguen estancados, mientras la riqueza que generan es acaparada por terratenientes, burgueses y señoritos que sin dar un palo hacen fortuna con el sudor ajeno. Una situación anacrónica solo comparable con la vía ferroviaria de la región. Son vestigios del siglo XIX.

4 AÑOS SIN CONVENIO DEL CAMPO

El campo extremeño ya está a pleno rendimiento en esta campaña agrícola. Entre bancales y líneos de frutales, los jornaleros y las jornaleras, calibre en mano, recolectan los frutos que da la tierra. Las centrales hortofrutícolas están en funcionamiento y las más grandes ya tienen los tres turnos de trabajo que les permitan procesar los productos que nos da el campo en esta temporada.

Es una campaña más en la que los trabajadores y las trabajadoras del campo de Extremadura carecen de convenio colectivo. Con este 2022, ya son cuatro años en los que la patronal lo bloquea, lo que no solo atenta contra los trabajadores y las trabajadoras, sino contra todo el medio rural de la región, pues las faenas agrícolas contribuyen a asentar la población en los entornos rurales.

Frente a esta situación CCOO y UGT de Extremadura han solicitado formalmente ante la Fundación de Relaciones Laborales el trámite de conciliación y mediación en las negociaciones del Convenio del Campo de Extremadura ante su bloqueo por parte de la patronal agraria y en un último intento de evitar el conflicto en el sector.

Desde los sindicatos de clase han advertido que no permitirán el recorte de derechos y salarios que pretende la patronal agraria. Además de reivindicar que la negociación del convenio se tiene que centrar en retomar y modernizar un acuerdo que dé cobertura laboral al sector y que aclare las modificaciones que la reforma laboral hace de las nuevas condiciones contractuales, que es lo único que no está pactado ni firmado en los anteriores convenios.

CCOO y UGT han denunciado que, en los muchos meses de reuniones que lleva este convenio, solo han encontrado trabas y retrasos en la negociación del convenio, en los que se ha intentado por la parte sindical cerrar un convenio en los términos de condiciones y derechos que este tiene desde hace años y con los salarios marcados por el SMI.

Sin embargo, el empresariado siempre ha mostrado una actitud negativa y excusas para posponer el acuerdo: primero esperando la publicación del SMI, después la Reforma laboral y ahora pretendiendo desmontar por completo el convenio colectivo del Campo de Extremadura, presentando una propuesta que en algunos aspectos incluso empeora el Estatuto de los Trabajadores.