Desde el pasado 2 de junio, y ya van dos semanas, los más de 20.000 trabajadores y trabajadoras del sector del metal de Cantabria están en huelga indefinida, convocados por los sindicatos CCOO, UGT y USO.
El seguimiento de esta histórica huelga está siendo masivo (más del 95%) y tanto los piquetes como las concentraciones o manifestaciones están siendo multitudinarias, como no se habían visto en muchos años en tierras cántabras. La clase obrera del sector del metal ha tomado los polígonos y las calles por un convenio y salario digno.
Los sindicatos y los trabajadores quieren romper el actual bloqueo de la patronal (Pymetal), que, como está ocurriendo en muchos sectores y otros convenios del metal, se niega a negociar el convenio (que lleva caducado desde hace más de año y medio), y no quiere asumir incrementos salariales, una cláusula de revisión salarial retroactiva y el cobro de los atrasos, todos ligados al IPC real, a mantener el contrato de relevo y el plus de convenio o de distancia.
Las condiciones laborales del convenio colectivo del metal afectan especialmente a todos los trabajadores del sector, salvo a los de las grandes industrias ya que éstas cuentan con convenios de empresa, aunque la huelga sí está afectando a la producción puesto que las grandes empresas dependen del trabajo de muchas pequeñas y medianas empresas, de contratas y subcontratas que están ligadas al convenio del sector.
La movilización obrera es tan potente, que hasta el gobierno cántabro (PRC-PSOE), en boca de su presidente, el populista de derechas Miguel Ángel Revilla, ha salido a defender a la patronal afirmando que “no es momento de huelgas”, mientras su gobierno permite servicios mínimos abusivos, en algunos casos hasta del 100% de la actividad, tal y como han denunciado los sindicatos, el PCE, Izquierda Unida y Podemos.
Es de remarcar que la huelga se da en un contexto de gigantesca subida inflaccionista, debida a la escasez de suministros, a los cambios geopolíticos agudizados tras la pandemia, a la guerra y a las sanciones occidentales contra Rusia (que están teniendo un efecto bumerang sobre nuestra economía), y al bloqueo que la patronal está haciendo en casi todos los convenios y sectores para aumentar sus ganancias a costa de devaluar el poder adquisitivo de los salarios de la clase obrera.
Además, la patronal también pretende neutralizar los avances conseguidos con la reforma laboral, en cuanto a derechos laborales, sociales y en el peso de las organizaciones sindicales en la negociación colectiva, (ultraactividad indefinida, prevalencia del convenio sectorial, etc), impulsada por CCOO, UGT y el Ministerio de Trabajo liderado por Yolanda Díaz.
La demostración de fuerza y combatividad obrera de los metalúrgicos cántabros es de tal calado, que se está ganando la simpatía y solidaridad del pueblo cántabro y de toda la clase obrera de nuestro país. Otro inmenso ejemplo de lucha, como ayer en el metal de Cádiz o Alicante, porque es así como la clase obrera mueve las ruedas de la historia.
El Partido Comunista de España, está y estará siempre defendiendo las justas reivindicaciones de la clase obrera y el sindicalismo de clase. Hacemos un llamamiento a movilizar toda la solidaridad y a presionar para que los obreros metalúrgicos cántabros (así como también los de Barcelona, A Coruña, Álava, etc), conquisten un convenio y un salario digno.