La Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital nos están sirviendo como experiencia piloto para observar las estrategias de la derecha para mejorar la economía desde lo cercano. Me voy a detener en dos ejemplos. En ellos no hay corrupción, ni favoritismo, ni explotación laboral, son planes en el sentido más bien intencionado, pero pasados por el tamiz del neoliberalismo.

Uno lo pudimos apreciar hace unas semanas ante una ola de calor en la capital. Se declaró alerta roja y se cerró el parque del Retiro. Si debido al calor cierras los jardines y las zonas verdes, es evidente que la alternativa no puede ser el asfalto de las calles. Solo queda la opción consumista, el motor del mercado y la causa a la que se vuelcan y dedican todos los esfuerzos de una administración y unos poderes públicos neoliberales. Los madrileños que saliesen de sus casas o los visitantes solo podrían sobrevivir al calor entrando en los centros comerciales o consumiendo dentro de los establecimientos hosteleros. La teoría de los gestores de la derecha es sencilla: crear las condiciones, por las buenas o por las malas, para que la gente gaste, consuma, los empresarios ganen dinero, se creen puestos de trabajo, más dinero para las familias, más gasto, más éxito económico, más votos. Durante la pandemia se morían, pero daba igual porque el modelo funcionó y también el éxito político.

Ahora, acabada la pandemia, pasear por un parque es boicotear el modelo neoliberal de consumo necesario para que la rueda siga, y qué mejor escusa que la climatología para proscribirlo.

Pero hay dos elementos que ellos ignoran. El primero, que hay gente que no podrá consumir porque no tenga dinero y le habrán cerrado el único lugar gratuito donde encontrar una temperatura soportable fuera de sus casas. Pero esos son irrelevantes, si no pueden consumir no hay por qué interesarse por ellos, no sirven para desarrollar el sistema. Y tampoco tienen por qué enfadarse con los poderes públicos porque les cierren el Retiro, ya les dicen en un cartel que eso no es una decisión política, es una alerta roja climatológica. Es la naturaleza.

El otro ejemplo lo descubrí recogiendo información sobre el transporte público gratuito en algunas ciudades. Resulta que la Comunidad de Madrid eligió como días para ofrecer la gratuidad del transporte público la jornada del Black Friday y también los días de rebajas tras las vacaciones de Navidad. De nuevo la misma estrategia, facilitar desde los poderes públicos y con el dinero de todos que los ciudadanos puedan desplazarse para ir a consumir. Nunca se planteó hacerlo para que los que debían coger el transporte para ir a trabajar lo pudieran hacer gratis. Eso no era rentable para el neoliberalismo, total, lo iban a coger y a pagar igualmente.

Lo que sí formaba parte del plan económico del modelo neoliberal es que el Estado gaste unos euros de todos para que los que tengan dinero salgan a comprar a los comercios los días de culto consumista.

Son solo dos ejemplos, pero creo que muestra un claro modus operandi, una hoja de ruta de lo que entienden por políticas públicas para mejorar la economía. Su limitación de miras ni siquiera llega a pensar que es bueno que la gente tenga más dinero para poder gastar y reactivar la economía (una tesis absolutamente capitalista), porque eso supondría reconocer que es mejor que cobren mejores salarios Su idea es destinar dinero público para facilitarles el consumo (a los que puedan, claro está) y bloquear las opciones de ocio que no conlleven gasto económico porque ya no sirven para que la rueda gire.