La Plaza Mayor se quedó pequeña para acoger a los más 45.000 manifestantes llegados a Madrid desde todos los rincones de España, según la organización (50.000 según la prensa). CCOO y UGT movilizaron a sus delegadas y delegados sindicales y los chalecos rojos de CCOO, las camisetas de UGT y las banderas de ambos marcharon festivamente desde Atocha, desde la Plaza España y desde la Puerta de Toledo para encontrarse en el centro de Madrid. Con la plaza repleta, Pepe Álvarez, a la cabeza de UGT, sentenció: “La CEOE tiene que elegir salario o conflicto”. “Donde hay lucha hay negociación. Donde hay huelga hay un convenio digno” dijo, mencionando los éxitos en el sector del metal de Orense -después de 15 días de huelga-, en el metal de Cádiz, de Barcelona, de Navarra.

De hecho, el sector del metal, el más organizado sindicalmente, tuvo gran presencia en la manifestación. “La lucha va a continuar convenio a convenio”, advirtió Álvarez. Unai Sordo, secretario general de CCOO, comenzó poniendo en valor el trabajo de la organización del sindicato y de todos los delegados y delegadas que viajaron de madrugada para concentrarse hoy en Madrid. “Vertebráis el sindicato de clase” les dijo, reseñando el “heroísmo” que a veces esa acción sindical supone en las pequeñas empresas.

Con el músculo de los sindicatos mayoritarios tensionado en el corazón de la capital, el líder de CCOO denunció la irresponsabilidad de la patronal, que quiere que la crisis de precios la paguen en exclusiva los trabajadores. Resumió la clave del conflicto:  “Esto va de cómo se reparten los costes de la inflación entre salarios, beneficios empresariales y recursos públicos. Y qué parte asume cada uno”. “Y nosotros no nos vamos a resignar. Vamos a pelear esa disputa para que nuestra gente, la clase trabajadora, no vuelva a ser quien pague la crisis”.

Añadió que no valen los argumentos de que las empresas no tienen dinero: dónde hay organización y movilizaciones se han firmado acuerdos, “los hemos arrancado”, y esos acuerdos, añadió son la prueba de que hay beneficios empresariales. El líder de CCOO insistió en que las reivindicaciones son razonables y realistas y la subida escalonada: ente el 4 y 4,5% en 2022, entre el 3 y 3,5% en 2023, y entre 2,5 y 3% en 2024, acompañadas de clausulas de revisión. Cuando baje la inflación no van a bajar los precios y la clase trabajadora no puede perder capacidad adquisitiva adelantó; “queremos llegar a fin de mes”.

Hace falta un gobierno más valiente en materia fiscal y servicios públicos

Pero la disputa, señaló Unai Sordo, no es sólo entre salarios y beneficios, “hablamos también de los ingresos públicos”. Y aquí desmontó la trampa de la derecha de querer solucionarlo todo bajando impuestos, “son los mismos que quieren cargarse el Estado social y privatizarlo todo”. Una bajada de impuestos es anuncio de políticas de recortes en sanidad, en pensiones, en dependencia, en derechos, advirtió, “una bomba de relojería para la construcción de un contrato social”. Si hay una bajada de impuestos tiene que ser temporal y compensada, donde paguen más las rentas y el capital.  En ese punto demandó al gobierno “que sea más valiente” en materia fiscal y en la defensa de los servicios públicos.

Concluyó al grito de “Salario o conflicto. Reparto de las rentas y la riqueza o conflicto”. Y con un llamamiento a seguir trabajando porque: “No hay nada escrito. Todo depende de cómo nos organicemos”. La lucha no ha hecho más que empezar.

La dirección del PCE, y de Izquierda Unida, encabezada por Enrique Santiago y Sira Rego, estuvieron apoyando la movilización con su propia pancarta.