Tanto el Senado como la Cámara de Representantes de Colombia han aprobado este 3 de noviembre la reforma tributaria que se propone recaudar 21,9 billones de pesos colombianos (4.300 millones de euros) en 2023. La norma es de una importancia central para el Gobierno, que busca reducir la desigualdad y financiar políticas públicas que logren reducir las brechas sociales y de derechos.
Tras ser aprobado este último debate en plenaria de la Cámara de Representantes, el Ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, señaló que esta había sido la reforma tributaria más consensuada de las historia política del país, que se espera que para el año 2023 recaude un monto de $20 billones de pesos (3.940 millones de euros) y en el 2026 pretende 23 billones de pesos (4.530 millones de euros).
El ministro subrayó que esta reforma no afectará a los colombianos de ingresos bajos y medios, frente a las campañas de desinformación que la derecha colombiana y sus medios repiten buscando manipular a la opinión pública.
Ocampo: «Esta reforma tributaria es una gran contribución al cambio»
El ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, afirmó que “esta reforma tributaria en primer lugar es una gran contribución al cambio que pretende adelantar con fuerza el Gobierno”. Ocampo precisó que en la norma “se combinan dos elementos esenciales: primero, una política fiscal sólida y, en segundo lugar, tendremos los recursos adicionales para impulsar el cambio y la paz total”.
“El interés del gobierno es consolidar una política fiscal sostenible, fundamentada en ingresos corrientes y en la reducción de la dependencia de la deuda, la reforma tributaria es importante en su finalidad de equidad y como factor anticíclico en la recesión mundial venidera”, señaló el presidente Gustavo Petro.
La mayor parte de la recaudación fiscal será aportada por el sector de la industria extractiva, que tendrá una sobretasa en el impuesto de renta, al igual que el sector financiero y las electrificadoras.
“Este Gobierno quiere trabajar estrechamente con el sector privado para el avance de este país, incluyendo al sector petrolero y del carbón que contribuirán adicionalmente al financiamiento del gasto en Colombia”, afirmó el ministro de Hacienda.
El sector minero-energético será el aportante mayoritario de recursos, con un impuesto a la renta de empresas petroleras y de carbón que equivale en el primer año a un 10%, en el segundo 7,5% y en el tercero un 5%.
El impuesto al patrimonio será progresivo y por cuatro años: del 0,5% para los patrimonios de más de $3.000 millones (591 mil euros), 1% para los de más de $5.000 millones (985 mil euros) y el 1,5% para los de más de $10.000 millones (1 millón 971 mil euros).
Uno de los puntos que más polémica causó desde el principio fue el gravamen a los alimentos ultraprocesados, que tendrán un tributo del 10% a partir de 2023 y se incrementará al 20%, en 2025. Alimentos como el pan, el salchichón, el arequipe y las obleas quedaron excluidos del gravamen.
El representante a la Cámara por Antioquia, Alejo Toro, señaló que “a las mineras les han permitido descontar de sus impuestos el pago de regalías, pero en la práctica esto ha significado que no pagan impuesto de renta. Con esta reforma tributaria esto se terminó”.
Los denominados impuestos saludables, dirigidos a disminuir el costo de la atención médica en las poblaciones más vulnerables, entrarán en vigor a partir del mes de noviembre del próximo año.
Desde enero de 2024 comenzarán a aplicarse los impuestos digitales, con los que se grava a empresas y aplicaciones extranjeras (como Netflix, Amazon, Spotify, etc.), así como los impuestos a los plásticos de un solo uso y a las zonas francas.
El proyecto de Ley de Reforma Tributaria sufrió varios cambios durante su debate en la Cámara Baja, que no modifican la esencia del principio de que “quien más tiene, más paga”. Este 8 de noviembre pasará a conciliación para ser posteriormente sancionada por el presidente de la República, y convertirse en ley.