“…el dolor de ya no ser”
 ‘Cuesta abajo’ Carlos Gardel

Muchas veces intentaron matar al fútbol, pero esta vez parece que van en serio. Siempre renació de sus cenizas. “Gracias doy a la desgracia porque me mató tan mal”, cantaba Eladia Blazquez, pero creo que esta vez lo están matando muy bien al fútbol. El capitalismo es un sistema que arrasa con todo y con casi todos, salvo una minoría que vive del esfuerzo de los demás, ¿cómo no iba a destruir al fútbol? Lo invadió de tecnología que cuantifica o trata de cuantificar el talento, que no es cuantificable y le transmitió sus valores empresariales para convencerlo de que sólo vale ganar.

Catar puede ser el tiro de gracia para convertirlo en otra cosa y dejar de ser lo que fue: una fiesta de los ojos, como decía Eduardo Galeano, y agregaba: también es “un cochino negocio”.

El cochino negocio empezó con la elección de Catar como sede del mundial. Un país sin ninguna tradición futbolística, que disfruta más de una carrera de camellos que de un partido de fútbol porque esa es su cultura. Y lo más grave es que se destaca por la sistemática violación de los derechos humanos, que trata de ocultar la muerte de más de 6 mil trabajadores por las pésimas condiciones laborales en la construcción de las obras para el Mundial, precisamente.

El capitalismo destruye el planeta y robar nuestros bienes comunes. No podemos esperar que respeten el fútbol.

Lo eligieron porque sobornó a varios miembros de la FIFA encargados del asunto, tal cual fue debidamente demostrado. Nada extraño porque la FIFA es una organización con métodos mafiosos y no es la primera vez que se elige una sede del Mundial de esa manera tan turbia.

¿Y A QUIÉN LE IMPORTA?

Al parecer a muy poca gente. No obstante algunos países y algunos jugadores han expresado sus críticas y han aprovechado para denunciar lo que ocurre en Catar, la gravedad de lo que ocurre.

Ni España, ni Argentina, ni Brasil, se han pronunciado. Tampoco, lamentablemente, ninguno de sus jugadores o entrenadores.

Hubiera sido importante por la repercusión que tienen en todo el mundo. Hay silencios muy elocuentes.

¿Y LOS MEDIOS Y LOS GOBIERNOS?

Enarbolando la hipocresía como método de vida, los medios de comunicación, los mayoritarios, se montan en el entusiasmo que genera el Mundial, para no hablar del tema. Como hacen con otros asuntos complicados para su negocio, deciden defender sus intereses económicos y dejar para otra mejor ocasión la denuncia de lo que pregonan de la boca para afuera y según de quién y de qué se trata.

Si queremos que el fútbol vuelva a ser nuestro, debemos luchar juntos para recuperarlo

Los gobiernos occidentales y cristianos, como suelen denominarse para vestirse de una moral que acomodan a su gusto, prefieren no levantar la perdiz y preservar las relaciones comerciales, sobre todo respetando el petróleo catarí tan necesario en estos tiempos convulsos.

LO QUE NOS QUEDA

En lo estrictamente futbolístico, la esperanza de ver buenos partidos que, a pesar de todo, nos regalen un poco de alegría que nunca viene mal. No demasiada esperanza si tenemos en cuenta que los jugadores están recargados de partidos, para colmo acumulados en los últimos tiempos por el Mundial ya que se interrumpieron los campeonatos y hubo que acelerar los calendarios.

También este bochornoso Mundial nos repite una lección que nos vendría muy bien no olvidar. Cuando ellos hablan de derechos humanos, mienten. Lo único que respetan de verdad, es el dinero. Hay tantos ejemplos que es ocioso recordarlos.

Además, si queremos que el fútbol vuelva a ser nuestro, debemos luchar juntos para recuperarlo y por una sociedad diferente, justa y plenamente democrática. En el capitalismo, que vivimos, que no repara en destruir el planeta y robar nuestros los bienes comunes, no podemos esperar que respeten el fútbol.

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