Mientras en MUNDIARIO se ha ido manteniendo una sección titulada Claves de ChinaMarcelo Muñoz, uno de los principales colaboradores en esta sección, y presidente emérito de Cátedra China, ha dedicado una buena parte de su tiempo a pasar revista a los ejes principales por los que ha discurrido el importante avance que China ha recorrido desde 1949, para pasar de ser el país situado en el puesto 120 de la clasificación mundial a convertirse en la segunda potencia internacional.

Lo ha hecho recurriendo a la Historia del Imperio del Centro, como se denominaba la gran potencia que durante cientos de años fue China, a la decadencia que desde mediados del siglo XIX hasta la revolución de Mao sufrió China, invadida y atacada por potencias extranjeras de Occidente y de Oriente, y recabando la opinión de intelectuales y empresarios chinos con quienes Marcelo Muñoz ha mantenido contacto durante el largo período de relación con China, desde 1978. Todo eso lo ha recogido en un libro editado por Cátedra China.

Es un libro que ha preferido no enredarse en las polémicas lanzadas desde Occidente sobre China, en relación con las características políticas del régimen chino. Una polémica que -si se analizara a fondo- desentrañaría muchas contradicciones precisamente entre quienes la alimentan, porque aquí todo el mundo tiene contradicciones importantes sobre las que dar cuentas. Empezando por los Estados Unidos, con la creación y el mantenimiento de la prisión de torturas de Guantánamo, o sus guerras de invasión a terceros países, sus alianzas con los muyahidines que crearon Al Quaeda… O del llamado bloque Occidental, con sus alianzas, sin ir más lejos con el régimen turco, al que mantiene en la OTAN, o con sus inconfesables manejos en África: que le pregunten a Francia por Mali y de dónde y cómo saca el uranio para sus centrales nucleares, por ejemplo. Esto no lo dice el libro. Lo afirma el autor de la presente entrevista.

China ha vuelto
para quedarse
Marcelo Muñoz
Ediciones Cátedra China

Lo que intenta el autor es explicar, lo más desde dentro posible, la lógica interna de la evolución de China en el terreno económico, tecnológico, social y cultural. Todo ello visto desde cómo lo desenvuelve China, con sus propios planteamientos y principios filosóficos. Sin las adherencias que le añade el análisis occidental que, como digo, incurre en sus propias contradicciones Como, sin duda, China también tiene sus contradicciones.

Marcelo Muñoz nos atiende, haciendo un hueco en una agenda llena de requerimientos de diferentes medios; y lo hace con especial esmero porque él también forma parte de la familia de Mundiario.

– ¿Por qué este libro en este momento?

– En realidad el libro, como los anteriores, me ha costado muchos meses de trabajo, como es natural, al abordar temas tan complejos, con tantos datos. 

– ¿No ha pretendido coincidir con la celebración del Congreso del Partido Comunista de China?

– Pues no, porque era muy difícil hacer ese cálculo, pero no cabe duda de que la fecha añade un cierto matiz de actualidad, porque está poniendo sobre la mesa mediática los grandes problemas por los que atraviesa China, los grandes temas que pretende abordar este Congreso y los problemas de la dramática actualidad que sufrimos todos.

– ¿Por qué ese título tan llamativo?

– Que China fue primera potencia mundial durante dos mil años, hoy casi nadie lo pone en duda, aunque muchos no lo tienen en cuenta, o no lo quieren tener en cuenta. Y es muy conveniente saber que China, ya anteriormente, fue la parte más importante de la comunidad internacional, con gran peso, aunque durante siglos esa comunidad internacional estuviera muy poco interrelacionada. También es conocida la decadencia, desde mitad del siglo XIX, de ese Imperio tan poderoso, Imperio del Centro, y casi nadie niega que esa decadencia fue acelerada por la belicosa invasión y el saqueo occidental y la terrible agresión japonesa: es lo que los chinos denominan “el siglo de la humillación”. Hoy ya tampoco nadie pone en duda que China “ha vuelto”, ha reemergido, ha pasado de ser la potencia 120ª del mundo en 1978 a ser la segunda potencia mundial en 2022, en poco más de 40 años y que va a ser la primera potencia mundial hacia 2030.  China ha vuelto, pues, y es parte imprescindible de la comunidad internacional moderna, pero “algunos”, o muchos, no lo quieren admitir así, incluso la quieren marginar, o la quieren “contener”.

– Efectivamente, esos datos que cada día se van conociendo algo mejor, aunque muy a cuentagotas, como en voz baja y con infinidad de reductores y, en la mayoría de los análisis, no se asimilan o se silencian. ¿Cómo explicas esta anomalía?

– Creo que hay mucho de desconocimiento o de ignorancia. He comprobado en mis conversaciones con mis amigos chinos, que, en general, en los niveles cultos, ellos saben mucho más de Occidente, y, en concreto, de Europa, que nosotros de ellos. Aunque estoy convencido que, en los niveles medios y altos de nuestros políticos y nuestros analistas, lo que ocurre es que no se quiere reconocer, o se quiere silenciar, que China está siguiendo un proceso distinto de desarrollo, muy distinto del occidental, incluso contradictorio con nuestro sistema. Y resulta que ese “otro” sistema está teniendo mucho éxito y nuestro Occidente neoliberal de ninguna manera quiere admitir que haya otra salido a las crisis, a las diferencias crecientes, a las debilidades de esta globalización, más que nuestra salida, es decir las recetas que impone el FMI, el Banco Mundial etc. Y como esto es muy duro, les pregunto a mis amigos chinos y “ellos” opinan de forma muy distinta, desde su punto de vista y desde su modelo político y económico distinto. No les doy la razón ni se la quito; quiero subrayar que ellos pertenecen a otro mundo y que en ese otro mundo las cosas se analizan, se valoran y se deciden de otra manera. Creo que esto es lo novedoso de mi libro: la gran aportación que “ellos” hacen y que yo propongo a debate. Pero quiero subrayar en este libro, investigar y someter a debate algo que, a mi juicio, no se plantea: cómo ha sido posible ese salto tan rápido, que nunca hasta ahora se había dado en la historia, en tan breve espacio de tiempo y para una población que es casi la quinta parte de la humanidad. Ante una China que “vuelve” convertida, de la noche a la mañana, en segunda potencia mundial, casi nadie se pregunta cómo lo han conseguido. Sí, se señalan sus deficiencias, sus debilidades, sus carencias, sus riesgos de fracaso, de acuerdo. Pero en el libro pretendo adentrarme, con ayuda de mis contertulios chinos, en  las complejas claves de esta reemergencia: qué modelo económico y qué modelo político se lo ha posibilitado, cómo han dado ese salto en tan poco tiempo… ¿tienen un equipo pensante capaz de elaborar todos los planes de desarrollo e ir rectificando los desajustes o errores? ¿Es verdad lo que dijo Kissinger que los políticos chinos son los mejor preparados que ha conocido? A todo eso intento responder en el libro, con el aval, además, de lo que opinan “ellos”, los dirigentes o partícipes activos de ese proceso, que van exponiendo su punto de vista en cada capítulo y para cada uno de los temas abordados.

– Y otra pregunta clave: ¿Cómo sería el mundo si India, con una población similar, hubiera dado ese salto en estos 40 años? ¿Nos resistiríamos a ello de igual manera? ¿Por qué, entonces, los Estados Unidos pretenden contener a China? Es decir; frenar su crecimiento económico, su potencia comercial, sus avances tecnológicos y científicos ¿Por qué la Unión Europea recela tanto de China, se resiste a la cooperación internacional, deja sin ratificar el acuerdo ya aprobado sobre inversiones…? ¿Por qué no se suma al proyecto nueva ruta de la seda, un proyecto de conectividad euroasiática, con vocación global?

– Pues mira:  en este punto estoy muy de acuerdo con mis interlocutores chinos que piensan que nuestra crítica a casi todo lo que viene de China, aunque en muchos casos tenga base de razón, es, en cierta manera, una cortina de humo para no hablar de sus grandes logros y, mucho más, una cortina de humo para no entrar en el análisis de las claves que han hecho posibles esos logros. Como ya he mencionado antes, no queremos preguntarnos qué significa el socialismo de características chinas, por qué China rechaza el modelo de desarrollo neoliberal, por qué quiere mantener un estado fuerte compatible con la economía de mercado, qué significa para ellos la participación ciudadana en una democracia con prevalencia de la meritocracia… 

– Una última pregunta, aunque de otro tipo: ¿por qué queréis inaugurar Ediciones Cátedra China con este título?

– Dado el desarrollo de Cátedra China como think tank especializado en temas chinos, nos ha venido bien que este texto estaba punto y lo hemos aprovechado. Como asociación sin ánimo de lucro, no tenemos estructura para distribuirlo y por ello hemos recurrido a un acuerdo comercial con Amazon, con el objetivo de que el texto tenga la mayor difusión posible. Y, para ello, lo hemos situado en las redes y en muchas páginas web además de la nuestra. Y, como siempre insisto que este texto lo presento para debate y así, incluso, al final, doy mi correo personal para todo el que quiera entrar en ese debate interpersonal.

Fuente: mundiario.com

(*) Analista político de MUNDIARIO, donde también desempeña funciones como adjunto al Editor y de coordinación de la edición GALICIA y de la sección Claves de China. Fue director general de Tráfico, subsecretario de Interior y secretario general de Comunicaciones del Gobierno de España. Ex-columnista de Xornal de Galicia, ahora forma parte de Galicia Debate, partner de este periódico.

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