Fue una dura lucha la mantenida por la plantilla de Tubacex, 236 días de huelga para defender los puestos de trabajo. Pero también días de incertidumbre, de solidaridad, donde consiguieron implicar a toda la Comarca de Aiaraldea en Araba, en vilo por la situación de esta empresa tractora que pretendía aprovecharse de la situación de la pandemia para incrementar sus beneficios a costa de los trabajadoras y las trabajadoras.

Al final ganaron el pulso a la patronal. La lucha, la unidad y la solidaridad consiguieron salvar todos los puestos de trabajo, además de un plan de inversión que garantizase la continuidad de la empresa. Para conseguir esa victoria tuvieron que plantar cara y sufrir las consecuencias de la represión como sucedió el 23 de febrero, durante el noveno día de huelga.

Ese día se produjeron varias detenciones por parte de la Ertzaintza contra varios huelguistas que realizaban la labor de piquetes informativos a la entrada a la fábrica, con el resultado de tres detenidos y seis identificados. Momentos de tensión en los que la policía autónoma vasca actuó como perro de presa de la patronal, cargando contra los trabajadores e hiriendo a varios de ellos. Diez meses después los trabajadores que fueron apaleados están sufriendo la represión. La Fiscalía y la acusación particular piden contra tres trabajadores de Tubacex penas de cárcel y multas, según publica Aiaraldea.eus. 21 meses de prisión para uno de los encausados y 14 para los otros dos y la acusación particular ha pedido para uno de los trabajadores 36 meses de cárcel.

El huelguista al que piden 14 meses de condena está acusado de «atentado contra la autoridad» por, según la Fiescalía, haber propinado «patadas y puñetazos a un agente», causándole cinco días de baja. También está acusado de haber producido «daños por valor de 480 euros» al reloj del citado ertzaina. La multa solicitada, en total, asciende a 560€. El trabajador ha negado tales acusaciones a Aiaraldea Komunikabidea.

Otro trabajador, al que la Fiscalía pide 14 meses de prisión y tres años la acusación particular, está acusado de haber empujado a dos agentes de la Ertzaintza contra una furgoneta anti disturbios. Uno de los ertzainas cogió una semana de baja y el otro 62 días. La Fiscalía le acusa de un solo delito de «atentado a la autoridad y la acusación particular dos, uno por cada ertzaina. Las peticiones de multa también varían. La Fiscalía pide 1.120€ por «lesiones leves» más otros 150€ para el agente que estuvo de baja durante una semana y 3.772€ para el que estuvo 62 días. La acusación particular hace la misma petición en lo que respecta al primer agente, pero pide 4.340€ para el segundo, Informa Naiz.

Para el tercer encausado, la Fiscalía pide 12 y 9 meses de prisión por «atentado y resistencia a la autoridad», respectivamente, así como 3.300€ de multa. Según ha declarado este trabajador a Aiaraldea Komunikabidea, «en las imágenes de la detención puede verse que la acusación es falsa» y que «fue la Ertzaintza quien me agredió». Tanto es así, que le causaron una lesión permanente en el brazo.