Desde la llegada de Pedro Castillo a la presidencia de Perú, el 28 de julio de 2021, hasta su destitución por el Congreso de la República el 7 de diciembre de 2022, Perú ha sufrido una crisis política permanente, con todos los resortes del Estado y del poder económico y mediático controlados por la derecha neoliberal, imbuida además de un profundo racismo y elitismo arraigado en el Perú, que nunca aceptó a un “cholo”, maestro rural de origen humilde, como jefe del Estado. 

Mundo Obrero ha podido conversar en Madrid con Iván Valcárcel, vocero del Partido Comunista Peruano, quien en esta entrevista aporta contexto y proporciona claves para entender cómo y por qué se han desencadenado los acontecimientos que han llevado a la destitución de Pedro Castillo, y qué suponen para las grandes mayorías empobrecidas del Perú.

¿Qué lectura hace el Partido Comunista Peruano de los acontecimientos?

La postura del Partido Comunista Peruano ha sido, desde el comienzo, impedir que la derecha asumiera el control del Gobierno, arrinconar a la derecha y procurar que el presidente se inclinara hacia la propuesta popular. Había la esperanza de ganar a este presidente, pero el imperialismo y la oligarquía nacional han hecho prevalecer su poder. 

Lo que ha ocurrido finalmente es expresión de la lucha de clases. Las élites de Perú, que controlan todos los resortes del Estado y del poder fáctico, son  profundamente racistas y clasistas. Se han conocido mensajes en grupos de Whatsapp en los que la derecha dice claramente: “vamos a tomar el gobierno y a sacar al indio”. 

Pedro Castillo intentó conservar el gobierno plegándose al imperialismo y haciendo concesiones a la derecha. Sabiendo que había una estrategia de desestabilización devaluando la moneda frente al dólar, ratificó al neoliberal Julio Valverde al frente del Banco de la Reserva del Perú, que lleva 25 años en el cargo. Le entregó a la derecha neoliberal resortes muy importantes, y finalmente, ha precipitado su caída. 

¿Cómo podemos caracterizar al partido Perú Libre y cuál ha sido su relación con el PCP?

El partido Perú Libre es de reciente formación, ha demostrado inmadurez, lo que no ha ayudado a la gobernabilidad, y tiene enormes contradicciones en su seno. Consideraba al sector socialdemócrata (que ellos denominan “caviar”) su enemigo principal, y entre ambos sectores se dio un fuerte enfrentamiento. El Partido Comunista Peruano ha llamado a ambos sectores a ponerse en la línea del pueblo, para impedir que la derecha controlara el Gobierno.

Perú Libre es un partido fundado por el doctor Vladimir Cerrón, cuyo padre fue asesinado por el terrorismo de Estado, se formó en Cuba como neurocirujano y se ganó un prestigio en la serranía del Perú, por su trabajo con el pueblo. Llegó a ser presidente de la región de Junín, pero la oligarquía empezó a buscarle errores y lo judicializaron para sacarlo del camino de la política. 

Cuando Pedro Castillo pasó a segunda vuelta en las elecciones presidenciales, Perú Libre fue infiltrado por oportunistas apristas y fujimoristas. Empezó a crecer como la espuma, engrosado con elementos de la derecha. Se le conoce como el “partido de la sagrada familia”, porque está controlado por la familia Cerrón.

Nuestra perspectiva es que Perú Libre tiene nulas posibilidades de continuar siendo una opción para el Perú y no volverá a tener la influencia que ha tenido en el país. De hecho, ya en las últimas elecciones regionales y municipales del 2 de octubre experimentaron un retroceso tremendo. Va camino de ser una organización intrascendente en el país, su futuro es de declive. El Partido Perú Libre ha quedado totalmente desprestigiado, va camino del despeñadero. 

¿Cómo se puede juzgar la actuación de Pedro Castillo?

Pedro Castillo ha tomado medidas desesperadas, y ha acabado por precipitar su destitución. Lo cierto es que Castillo ha fortalecido la dependencia de Perú con el imperialismo: ha fortalecido a la USAID y hemos pasado de tener 7 bases militares estadounidenses, a 10. En la reunión de la OEA, Castillo no se alineó con los países latinoamericanos que denunciaron el bloqueo contra Cuba y las sanciones contra Venezuela y Nicaragua, sino que aplaudió a Biden y llegó a decir: “América para los americanos”, lo que es inconcebible para un presidente latinoamericano. Castillo buscó el apoyo de Estados Unidos, tratando de alejarse de esa mancomunidad de gobiernos de izquierda latinoamericanos que se ha formado, y ha fortalecido la dependencia de Perú hacia el imperio, además de privilegiar relaciones con el gobierno sionista de Israel. Llegó a destituir al primer ministro de Relaciones Exteriores de su gobierno, Héctor Béjar, por afirmar que Perú saldría del Grupo de Lima, y nombró para sustituirlo por un canciller proclive al imperialismo.

Pedro Castillo no era ninguna garantía. Había intentado ser alcalde por un partido de derecha, tenía escasa formación política y ha cometido errores garrafales. El Partido Comunista Peruano llamó a apoyar el programa que presentó Perú Libre, no a la persona de Pedro Castillo como tal. Desde los años 60, desde el gobierno del general Juan Velasco Alvarado (1968-1975), Perú no había tenido un programa nacional, hasta las elecciones de 2021.


El gobierno de Pedro Castillo ha estado marcado por los bandazos. No le ha durado un gabinete un mes. Ha tenido en el consejo de ministros desde la ultraderecha hasta la ultraizquierda. Como decimos en el Perú, el gobierno de Pedro Castillo es un “arroz con mango”, una mezcla caótica.

¿Cómo se posicionan los comunistas peruanos?

Ha habido partidos de izquierda que le han dado la espalda al gobierno de Castillo desde el principio, como el Partido Comunista del Perú Patria Roja, de tendencia maoísta. El PCP Patria Roja estaba resentido con Pedro Castillo porque causó la división de la organización sindical en el magisterio peruano, que históricamente se había organizado en SUTEP, liderado por Patria Roja. En la huelga magisterial que lideró Pedro Castillo no logró beneficios para los maestros, pero lo hicieron famoso, paseándolo por todas las televisiones del fujimorismo, para debilitar al SUTEP. 

También es cierto que el partido Perú Libre mostró cierta aversión hacia los partidos comunistas, la CGTP, SUTEP y el sindicato de construcción civil.

La postura del Partido Comunista Peruano es la de denunciar las maniobras de la derecha neoliberal, sin desconocer los errores cometidos por Pedro Castillo y Perú Libre, en defensa de la democracia popular, de los intereses de las grandes mayorías. Por eso estamos participando en las movilizaciones de denuncia, que hasta el momento no están contando con amplio seguimiento.

¿Cómo está reaccionando el pueblo de Perú a los acontecimientos? 

La Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) había convocado movilizaciones para el día de ayer, en rechazo a la jugada del Congreso, pero han sido débiles, no se observa una gran reacción. 

El Partido Comunista Peruano tiene cuadros e influencia en la CGTP, pero es cierto que hemos seguido una línea más economicista y nos ha faltado trabajo ideológico de masas y el movimiento popular es débil. Hay un gran desconcierto en el pueblo, y hay que tener en cuenta que nuestro pueblo ha sufrido el embate del neoliberalismo durante décadas, lo que ha llevado a un 90% de economía informal, y proliferación de las empresas de “servicios”, equivalentes a las ETT. El grado de sindicalización y de organización es muy bajo, si bien la CGTP sigue conservando capacidad de movilización y ha tenido un papel muy importante en la lucha contra el neoliberalismo. La desindustrialización bajo los gobiernos neoliberales de Fujimori y Alán García fue muy intensa: más de 60 empresas estatales fueron entregadas al capital extranjero (Aero Perú, por ejemplo, valorada en 2 mil millones, fue vendida por 120 millones). Todo esto ha ido acompañado de una corrupción gigantesca. Y, paradójicamente, hay sectores populares que defienden este modelo neoliberal y acaban votando por sus explotadores.

Esta debilidad del movimiento popular se arrastra desde la época del terrorismo de Sendero Luminoso y el terrorismo de Estado. Ambos apuntaron contra los militantes y los cuadros de la CGTP, de Izquierda Unida y del Partido Comunista Peruano. Asesinaron a muchos militantes y destruyeron las organizaciones populares. Esto, sumado a la caída de la URSS, nos hizo daño y nos debilitó. Arrastramos varios golpes desde la huelga del 19 de julio de 1977 en respuesta al paquetazo neoliberal, que se saldó con  5 mil trabajadores despedidos, la mayoría militantes comunistas.

Cualquier cosa que se proponga con carácter popular es tildada de “terrorismo”, y el pueblo peruano es sensible a esa activación mental, siente miedo, producto del terror que desplegaron Sendero Luminoso y el Estado. 

¿Qué se puede esperar de la nueva Presidenta, Dina Boluarte?

El divorcio entre Dina Boluarte y Pedro Castillo viene de hace tiempo. Es significativo que en su primer discurso como Presidenta dijera que en su gobierno no va a haber “política del teléfono bloqueado”. La interlocución con Pedro Castillo ya estaba rota, y ella dio la espalda al expresidente Castillo hace mucho tiempo.

Ella era una de las candidatas de la derecha peruana que conspiraba desde el Congreso para sustituir a Castillo. Sabían que el golpe militar no se iba a producir, porque no contaba con el apoyo de Estados Unidos, que sabía que Castillo no desafiaba su dominio. El golpe se ha producido a través del Parlamento, y finalmente el mismo Pedro Castillo ha propiciado este desenlace.

Hay que decir que el nombramiento de Dina Boluarte es constitucional, a ella le correspondía suceder a Pedro Castillo. Boluarte tiene más formación política, pero no es ni chicha ni limonada, se caracteriza por un comportamiento en zig-zag, con vocabulario popular al servicio de la derecha. Ayer hizo un discurso sentimental hacia los sectores populares, pero va a ser una pieza de la derecha, no pasará de una política asistencialista y por supuesto no va a hablar de cambiar la Constitución. 

Boluarte será intrascendente, y no sabemos cuánto tiempo durará. La situación es incierta, porque el plan de la derecha es sacar a Boluarte y poner al presidente del Congreso, José Williams Zapata, que es un radical que habla de “arrasar” con los sectores de origen popular.

¿Qué perspectivas se abren? ¿Ahora qué? 

Ahora estamos tratando de construir la Asamblea Nacional de los Pueblos, el camino es fortalecer esas asambleas populares. Debemos hacer trabajo de masas y fortalecer ideológicamente a nuestro pueblo. Nosotros queremos un país en paz y con justicia social, y eso solamente es posible bajo el socialismo. Por supuesto, tenemos política de alianzas y sabemos confluir con otros sectores progresistas.

Comunicado del PCP publicado el 8 de diciembre de 2022 (enlace a Facebook)

El PCP ha llamado a la movilización popular este 7 de diciembre para denunciar el asalto de la derecha a la democracia.