La eurodiputada y portavoz de Izquierda Unida, Sira Rego, reclamó a la Comisión Europea que acabe con el “negocio de la muerte” que representan sus políticas migratorias y “poner el dinero a defender la vida y los derechos”, para acabar de una vez por todas con sucesos como los de la frontera de Melilla, o la cruzada que algunos gobiernos ultraderechistas y sus socios en Europa han emprendido contra las ONG de salvamento y rescate en el mar.
Durante un debate en Estrasburgo sobre la negativa del Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni a acoger en los puertos italianos al buque Ocean Viking de la ONG SOS Mediterranée, y en presencia del vicepresidente de la Comisión Europea Margaritis Schinas, Rego acusó al Ejecutivo de Bruselas de estar convirtiendo en ley “el relato de la extrema derecha”, que no es otro que “si los derechos humanos son un problema, cambiemos la legislación para que dejen de serlo”.
La eurodiputada se refería a la reunión extraordinaria de ministros y ministras de Interior de la UE que se celebró el 25 de noviembre pasado, a raíz del caso del Ocean Viking y a petición de Francia. El presidente Emmanuel Macron aceptó el desembarco de las 234 personas rescatadas en el Mediterráneo a bordo de la nave de SOS Mediterranée, pero amenazó a Italia que su negativa a acogerlos en Sicilia tendría consecuencias en las relaciones de ambos países. El gesto de Macron, sin embargo, no fue más que eso: un gesto. El ministerio de Interior francés anunció a los pocos días que de esas 234 personas, 123 no recibirían ningún tipo de protección internacional y serían deportadas.
Rego calificó de “inmoral” el “juego de equilibrios” entre Macron, “lavándose las manos”, y Meloni, “dejando a personas a la deriva en el mar”. “Por eso, -continuó- desde la izquierda creemos que hay que acabar ya con el negocio de la política migratoria, que es un negocio de muerte, y poner el dinero europeo a defender la vida y los derechos”.
La eurodiputada reclamó “menos Frontex y menos militarización” en zonas como Lesbos, Melilla o Canarias, “y más recursos para impulsar programas de acogida, servicios públicos de calidad y empleo, para los que están y para los que llegan”. “La política migratoria de la UE no es un plan arbitrario, ni fruto de la improvisación. Es una decisión colectiva y consciente de incumplir con leyes, internacionales y europeas, que de aplicarse, evitarían estas muertes y este dolor”, añadió, antes de reclamar que Bruselas deje también de “regalar dinero a regímenes antidemocráticos” como Marruecos o Turquía, a cambio de gestionar nuestras fronteras.