La oposición venezolana aprobó en un primer debate cesar el llamado «gobierno interino» de Juan Guaidó tras considerar que casi cuatro años después de su proclamación no ha cumplido los objetivos esperados y ya no es percibido como una “opción de cambio político real”.

El 22 de diciembre los exdiputados de la Asamblea Nacional de 2016-2021 aprobaron en primera discusión la petición presentada por los tres grandes partidos opositores: Acción Democrática (AD), Primero Justicia (PJ), Un Nuevo Tiempo (UNT) y Movimiento por Venezuela (MPV) con 72 votos. Para el 29 de diciembre hay programada una segunda discusión sobre el tema, en la que, si se consiguen los votos, se sellaría la desaparición de la presidencia encargada de Guaidó, reconocida por Estados Unidos.

Con 72 votos en contra, 23 votos a favor y nueve abstenciones, la mayoría de los exparlamentarios acordó aprobar la reforma de la Ley Estatuto que rige la Transición a la Democracia —la base jurídica que permitió a Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional en 2019, proclamarse como “presidente interino” de Venezuela— y dar por finalizado el llamado interinato.

El único partido que se desmarcó fue Voluntad Popular —la organización de Juan Guaidó y Leopoldo López—. La segunda sesión de los exdiputados, que se llevará a cabo el 29 de diciembre, será definitiva para determinar el futuro de Guaidó.

Alfonso Marquina, exdiputado de la Asamblea Nacional, argumentó su voto en contra de la continuidad diciendo que no han logrado los objetivos que se plantearon en 2019.

«El proceso político que comenzó en enero de 2019 se ha debilitado y no es percibido como una opción de cambio político real. No ha alcanzado los objetivos de liberación que esperábamos, y el país reclama nuevos caminos que nos lleven a la democracia», dijo Marquina.

El presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodriguez, del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), se refirió al interinato como un «espejismo político».

Una valoración similar hacen desde Washington: “La oposición está haciendo un balance de su estrategia y se está dando cuenta de que el experimento del gobierno interino no funcionó”, dijo Geoff Ramsey, director para Venezuela de WOLA, una organización de defensa con sede en Washington. En declaraciones para The New York Times, que ha publicado un artículo titulado «El eclipse político de Juan Guaidó y la reestructuración de la oposición venezolana», Ramsey sostiene que el gobierno interino cada vez tiene menos relevancia en Caracas, la capital, y más relevancia en Washington. “Creo que, con el tiempo, el gobierno interino dejó de ser útil y es por eso que estamos viendo cómo la oposición venezolana busca nuevas formas de reestructurarse”, dijo.

España, que fue uno de los países que se sumó a la estrategia marcada por el Gobierno de Trump, y desconoció al presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro, para reconocer a Juan Guaidó, se plantea ahora volver a nombrar embajador en Venezuela y restablecer las relaciones diplomáticas con el Gobierno del presidente Nicolás Maduro.

El objetivo declarado del «espejismo» de Guaidó era lograr el derrocamiento del Gobierno venezolano, en una estrategia de incendiar la calle que costó 131 vidas en 2017. La mayoría de las muertes fueron causadas por la violencia de las manifestaciones, y los homicidios y torturas cometidos por la fuerza pública fueron investigados y sancionados, pero Estados Unidos impuso el relato de la «dictadura» de Nicolás Maduro y 2018 fue el año en que el Gobierno de Trump y la Unión Europea impusieron sanciones económicas y políticas a Venezuela, incluyendo la congelación de activos y el bloqueo económico, lo que produjo una cantidad de sufrimiento humano difícil de medir: hambre, miseria y un éxodo de migrantes venezolanos buscando un modo de subsistencia. La estrategia de La Casa Blanca incluyó en mayo de 2020 un fallido intento de invasión y una operación paramilitar a manos de Silvercorp USA, con financiación estadounidense y contratos con Juan Guaidó. Desde entonces, los escándalos de corrupción han salpicado a Guaidó por donde ha pasado, desde la gestión de la ayuda humanitaria a los activos en el exterior que quedaron en sus manos, pasando por empresas como la petroquímica Monómeros en Colombia.

El declive de Guaidó se precipitó desde enero de 2021, cuando la nueva Asamblea Nacional electa se constituyó, dejando sin base institucional la autoproclamada presidencia interina que Guaidó había declarado dos años antes.