El pasado mes de enero se celebraba la IV edición de la Escuela Feminista del PCA, un espacio de reflexión y debate no mixto, con dos objetivos fundamentales. El primero, analizar la situación actual de las mujeres en diversas dimensiones que nos afectan, para responder a nuestras necesidades y plantear nuestras reivindicaciones, teniendo en cuenta especialmente el periodo electoral que se avecina y la inclusión de la perspectiva de género en los programas municipales. El segundo, poner en común y preparar nuestro trabajo cara a las movilizaciones del 8 de marzo en un contexto singular y globalmente difícil.

Señalábamos en la pasada edición cómo la pandemia del COVID había supuesto una auténtica regresión en los derechos de las mujeres y cómo la ultraderecha había aprovechado esta circunstancia para ahondar en el negacionismo de la violencia machista y la discriminación, en un periodo post pandémico caracterizado por un reflujo de la protesta en Europa. Se hace necesario avanzar en la movilización entendiendo que la lucha feminista está provocando grandes cambios en la concepción del derecho penal y laboral, en la familia y los mecanismos de conciliación, así como una revisión de los conceptos jurídicos y de los recursos sociales de amparo.

Por todo ello, y teniendo en cuenta las valoraciones y sugerencias del año anterior, esta edición abordó la precariedad laboral de las mujeres, con una atención especial a las que viven en un entorno rural, de la mano del Ministerio de Trabajo y los sindicatos CCOO y COAG, así como desde la experiencia institucional de varias camaradas; revisamos los avances legislativos; y consideramos nuestro papel en la cultura desde el periodismo, el arte y la comunicación, sin olvidarnos de la amenaza de la guerra que ha venido nuevamente para destrozar la vida de miles de mujeres con consecuencias específicas para ellas.

En el taller programático, representantes municipales y provinciales analizaron los diferentes recursos a nuestro alcance y pusieron de manifiesto las buenas prácticas que se realizan en nuestros grupos y ayuntamientos, tanto en la labor de gobierno como en la oposición. La última jornada estuvo dedicada a la elaboración de la estrategia para la consecución de la unidad movilizadora el próximo ocho de marzo, tarea prioritaria para las comunistas después de un ataque brutal del patriarcado en estos años, como respuesta a los éxitos anteriores.

(*) Responsable Área Feminista Partido Comunista de Andalucía

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