Cuba ha pagado muy caro su generoso apoyo al diálogo entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC. EEUU decidió en febrero de este año mantener a Cuba en su polémica lista de países patrocinadores del terrorismo. Esta medida unilateral, que estigmatiza a Cuba, e ilegal por su extraterritorialidad, no solo va contra la soberanía de los estados y un mundo multilateral, sino que viola los principios del derecho internacional y la Carta de Naciones Unidas.
Obama había eliminado a Cuba de esa lista en 2015 como parte de un proceso de normalización de relaciones, pero Trump, el 11 de enero de 2021 volvió a incluirla, junto con 240 sanciones adicionales contra la isla, solo unos días después del intento de golpe de estado y la insurrección fascista en el Capitolio.
EEUU no es quién para elaborar esta diabólica lista ni para establecer sanciones contra los países que no compartan sus intereses o enfrenten su agresiva política exterior imperialista. Expresar nuestra solidaridad con el pueblo cubano es condenar el cruel bloqueo económico y financiero que EEUU impone a Cuba solo por defender un modelo económico y político distinto al capitalista, que intenta matar de hambre a la población y supone una flagrante violación de derechos humanos. Debemos condenar cualquier injerencia que atente contra su soberanía y autodeterminación, pero además denunciar que esta inclusión de Cuba en una lista imperial de países patrocinadores del terrorismo no tiene razón de ser, es absolutamente falsa, y violentamente injusta.
¿Cuál es la razón o excusa para esta decisión del gendarme planetario? Bajo el gobierno del derechista Iván Duque un juzgado colombiano reclamaba la extradición de varios jefes guerrilleros del ELN que se encontraban en Cuba. Pero el presidente Petro, tras tomar posesión del cargo, reanudó las negociaciones con el ELN y se desactivó el proceso de extradición para favorecer el proceso de diálogo. Esta nueva situación ha sido ignorada por EEUU, quien acusa a Cuba de “rechazar la solicitud de extradición después de que se atribuyera al ELN un atentado contra una academia de policía en 2019”.
Pero todo es muy sencillo: Cuba no ha aceptado esa solicitud porque no está vigente desde que Petro asumió la presidencia de Colombia el 7 de agosto de 2022 e impulsó las negociaciones de paz con el ELN. Y varios de los dirigentes reclamados por Colombia están hoy en México participando de las conversaciones. ¿La razón de fondo entonces? EEUU tiene que hacerle pagar a Cuba los Acuerdos de Paz de La Habana.
La poca imaginación de EEUU para incluir a Cuba en su lista, es indignante e insultante para el pueblo cubano y para la humanidad. Las mentiras, como lo fue la de las inexistentes armas de destrucción masiva para justificar la invasión de Irak, siguen siendo la norma y la excusa de su agresiva política exterior al servicio de sus intereses imperialistas.
Debemos desenmascar a EEUU en su guerra sin fin contra Cuba, un país que no solo no patrocina el terrorismo, sino que en su política exterior lleva décadas demostrando solidaridad internacional, su apuesta por la paz y el multilateralismo.
El pueblo cubano viene siendo víctima desde hace décadas del terrorismo de estado de los EEUU: invasión, explosión de un avión en vuelo, guerra biológica, bloqueo económico, etc. La inclusión de Cuba en esa lista no es sino un instrumento más contra Cuba de ese terrorismo de estado practicado por la Casa Blanca. No está demás recordar aquí que la embajada de Cuba en EEUU fue tiroteada en mayo de 2022 en un acto todavía insuficientemente aclarado.
Nos unimos a quienes ya han realizado un llamamiento a todos los países y fuerzas políticas democráticas del mundo para rechazar esta infame, mentirosa e injusta decisión imperialista y trabajar para revertirla. La paz en Colombia será total algún día y Cuba habrá jugado un importante papel histórico en ese hecho. Colombia y la comunidad internacional debe estarle agradecida por ese servicio y debe condenar la villanía de su inclusión, exclusivamente por motivos políticos, en esa lista negra de EEUU. Porque es evidente que Cuba no es un estado terrorista. Patrocina y promueve la paz, y no el terrorismo, y su actitud no ha cambiado en eso desde Obama.
(*) Secretario General de Izquierda Republicana