El Sistema Nacional de Salud (SNS) español, creado en el año 1986 como respuesta del mandato constitucional que garantizaba la protección de la salud como un derecho (articulo 43), es la suma de todos los servicios de salud de las distintas comunidades autónomas, que aunque con unas directrices básicas comunes marcadas por el Consejo Interterritorial del SNS, permite que cada comunidad autónoma desarrolle un modelo de gestión sanitaria propia, por lo que, según el color político de las mismas, se desarrollan modelos sanitarios totalmente opuestos, así en las comunidades autónomas gobernadas por la derecha, sola o junto a la extrema derecha, desarrollan un modelo neoliberal, que considera la salud un buen negocio, por lo que la iniciativa privada asume gran parte de los servicios sanitarios públicos mediante conciertos, concesiones, derivaciones, etc., con un mayor coste para las arcas públicas y un servicio de peor calidad para la ciudadanía, ya que el fin de las empresas privadas es el obtener unos mayores beneficios económicos, lo que consiguen mediante reducción de costos en instalaciones y en personal, produciendo un detrimento de la calidad asistencial.

Ejemplos de este modelo sanitario podría ser Andalucía o la Comunidad de Madrid, con gran número de hospitales y servicios privatizados y concertados, un abandono de la la Atención Primaria, y la salud Mental, con cierres de centros y deficit de personal sanitario que sufre unas lamentables condiciones de trabajo, tanto a nivel profesional como económico, lo que da lugar a un grave deterioro de la asistencia sanitaria publica, obligando a la población, que se lo puede permitir, a contratar seguros sanitarios privados (Madrid es la primera comunidad autónoma en número de pólizas de salud privadas de España).

Frente a este modelo, en las comunidades autónomas gobernadas por gobiernos progresistas, y con las limitaciones que impone el sistema capitalista, se desarrollan políticas de defensa de los servicios públicos, aunque mantengan ciertos servicios sanitarios concertados de forma complementaria a la asistencia pública.

Un ejemplo sería el Pais Valenciano, que bajo el gobierno del PP creó el llamado “modelo Alzira”, en el que la gestión de un área sanitaria se concertaba con empresas privadas, con un mayor costo y una peor asistencia sanitaria de la población, modelos que se extendió a otros cuatro hospitales valencianos y se propuso como modelo a seguir en todo el Estado. Con la llegada al gobierno valenciano de un gobierno progresista formado por PSOE, Compromis y Unidas Podemos (Pacto del Botánico) esta política sufrió un cambio radical, comenzando un  proceso de reversión de las privatizaciones, en el que tuvo un papel fundamental la movilización popular y la presión ejercida por Unidas Podemos dentro del Cosell, Fruto de este cambio político a vuelto a la red sanitaria publica los hospitales de Alzira y Torrevieja y en breve lo harán los de Denia y Manises.

Por lo tanto el próximo 28 M la ciudadanía nos jugamos, entre otras muchas cosas, qué modelo sanitario tendremos los próximos años: una sanidad entendida como un gran negocio para las grandes aseguradoras sanitarias privadas, con grandes costos y una deficiente asistencia sanitaria o una sanidad entendida como un servicio público cuya principal objetivo es la defensa de la salud de la población.

(*) Secretaría de Sanidad del PCE