Es sábado, tras la manifestación por unos servicios públicos de calidad. En un bar cercano a la sede CCOO de Lope de Vega nos entrevistamos con el número 2 por IU al Ayuntamiento de Madrid, Alejandro Fernández. El candidato trae consigo unas notas. Nos cuenta que son apuntes sobre las diferentes temáticas de la ciudad de Madrid. “Desde que vi la agenda de campaña y me enteré de que iba a tener actos dije, salvo en Servicios Sociales que es donde trabajo, en el resto me hice apuntes con datos e información relevante que avale todas y cada una de nuestras propuestas programáticas”.
El candidato es asturiano, de El Franco. Lleva 9 años viviendo en Madrid, como muchas otras personas que tienen que irse de sus regiones para trabajar o estudiar. Estudió trabajo social en la Universidad de Oviedo, donde también realizó un máster. Con una familia muy politizada y organizada en la izquierda, Alejandro se define como “militante de toda la vida”. Alejandro se dedica a la acción social y desde que vino a Madrid se centra en la planificación, gestión y evaluación de proyectos y programas sociales.
Un punto fundamental de la política madrileña es la sanidad. Para entender mejor el problema le preguntamos al candidato, que señala cómo “la situación de la sanidad de Madrid es tremendamente paradigmática del modelo de la derecha para allá donde gobierna”. Según nos cuenta, se produce una centralización de los servicios públicos sanitarios y un alejamiento de los servicios de proximidad. “Ayer estuve en Vicálvaro, y una de las reivindicaciones históricas de los y las compañeras de Vicálvaro es precisamente la construcción de dos centros de salud, un centro de especialidades y otro de urgencias sanitarias. Por ejemplo, el CS de Valderribas lleva 17 años de retraso y no tiene visos de realizarse”.
A parte de esto analiza cómo la falta de personal, recursos y una condiciones laborales adecuadas son un problema fundamental de la sanidad en la región. “Da miedo el avance de las empresas privadas en el sector sanitario y cómo van cubriendo esos huecos que va dejando el recorte de las políticas públicas”. El candidato señala la relación directa entre el recorte de recursos públicos con una clara privatización. El aumento de listas de espera y las condiciones de tratamiento con un personal saturado, etc. Esta situación también afecta a la atención primaria que está aplastada y fulminada por los gobiernos de la derecha y con una inacción del PSOE.
Para el candidato la situación es compleja para la clase obrera que acaba muriendo sin ser atendida, como las casi 2.000 personas que fallecieron en Madrid en 2022 esperando al reconocimiento de la dependencia, “murieron desatendidas, eso es un crimen”.
Frente a esta situación Alejandro señala la fortuna que tenemos de que los movimientos sociales están trabajando tremendamente organizados y están posicionando los temas y visibilizando las carencias estructurales. “Nuestras propuestas tienen que venir de un diagnóstico certero y lo más participativo posible. La única forma de desplegar políticas para la clase trabajadora es articulando los espacios de participación, diálogo y organización”.
Sobre la competencia municipal en este punto hablamos de los Centros de salud comunitarios que están muy debilitados. “Hay una política del desgobierno, que pasa en los servicios sociales también”. Según el candidato, los Centros de salud comunitarios tienen una multitud de posibilidades para trabajar temas de salud sexual y reproductiva, violencia de género, coordinación sociosanitaria (como la prevención, la coordinación con los servicios sociales, enfermedades crónicas, etc). Justo en relación a este último apartado, Alejandro advierte de la importancia de los servicios sociales. En contraposición estos últimos cuatro años han sido los años de la propaganda y del parecer lo que no es; el mayor logro consistorial fue diseñar un logo y poner carteles en el metro.
En el ámbito de los servicios sociales hay dos propuestas base: El aumento de personal unida al desarrollo de los servicios desde la lógica de la proximidad y las condiciones de los servicios sociales especializados (adicciones, mayores, diversidad funcional, familias, etc). Estos servicios están privatizados y externalizados. Tal como nos cuenta Alejandro, la política del PP es abordar los problemas sociales como problemas de seguridad. Nos cita el libro de Metropolice: seguridad y policía en la ciudad neoliberal (Traficantes, 2021): “Hacer a los policías como trabajadores sociales”. La propuesta de la candidatura en la que participa IU es reforzar los servicios sociales, dotaciones de recursos suficientes, para hacer trabajo de calle y que no estén solamente de puertas para dentro. El avance de la privatización “pone el lucro y piensa más en el coste-beneficio que en la calidad asistencial” añade.
La propuesta de dotación de personal de Podemos-IU-Alianza Verde se ha construido con las exigencias de las organizaciones colegiales y la Marea Naranja. Aunque está última no ha planteado un número concreto, sí establece criterios. En base a esto se plantea un ratio 1 trabajador por 1.700 habitantes. Sin embargo, hay muchos barrios donde se supera la ratio de 1 por 9.000.
Cuando hablamos de los servicios sociales especializados el candidato señala la atención a domicilio. Denuncia que es un servicio de poca intensidad en la cobertura. “Con la configuración actual y la dificultad para compatibilizarlo con otros recursos, no cubre las necesidades básicas de las personas”. La planificación actual no está pensada para que puedas desarrollar un proyecto de autonomía personal. “La atención a domicilio es ejemplo del modelo que propone el PP. Ofrece una respuesta escasa. La calidad asistencial en esas condiciones no puede ser óptima. No antepone la dignidad de las personas a otros intereses de otras condiciones”. Según el candidato, los derechos laborales de las trabajadoras a domicilio, la mayoría mujeres, se ven sistemáticamente vulnerados. “Cobran salarios indignos porque están externalizados en empresas de Florentino Pérez o fondos buitre. Frente a la privatización, remunicipalización de los servicios”.
Por todo esto se propone una mejora de las plantilla “y no solo es la figura del trabajo social (que también) sino las figuras de la educación social, la psicología, etc porque estos problemas son estructurales y es que: no tener curro digno, no tener acceso a una vivienda”. Otro apunte que nos hace Alejandro es sobre la figura del personal de administración que al estar tan debilitada (cuando hay) las trabajadoras sociales tienen un nivel de burocratización tan grande que no les permite hacer su trabajo de intervención. “Esa burocratización al final genera un clima en el que conseguir tus derechos es muy complejo por toda la documentación, por algunos criterios de exclusión absurdos, listas de espera muy largas”.