Eran más de las 20h 30’pero Pablo Milanés cambió el horario de comienzo. El público reclamaba su presencia pero él, viendo que todavía entraban más personas al Coliseo de la Ciudad Deportiva, esperó casi una hora para comenzar su concierto.
Salió Pablo al escenario y, entre aplausos y ovaciones, dijo que “siempre he dicho que Cuba es mi mejor público por la atención y el respeto que me han brindado pero ustedes ya se pasaron”.
Unos días antes del concierto el local destinado para su actuación era el Teatro Nacional que tiene capacidad para menos de 3.000 personas. El gran público comenzó a reclamar al ver que se habían agotado rápidamente las entradas. Poco después una nota del Instituto Cubano de la Música anunció que “con el objetivo de facilitar una mayor asistencia al concierto de Pablo Milanés, se cambia para el Coliseo de la Ciudad Deportiva”.
Durante todo su concierto hubo muchos años de música que Pablo cantó con la misma voz impecable que lo ha caracterizado.
Ya finalizaba su concierto y se apagaban las luces pero su público de 10. 000 personas pedía más. Pablo volvió para despedirse con una de sus grandes canciones: Ámame como soy.
Actualmente Pablo Milanés reside en España pero cuando la tierra llama…
(*) Periodista, escritor e historiador cubano.