El grupo de ultraderecha había expresado abiertamente su rechazo a participar en la mesa y votó en contra de su creación el pasado 6 de mayo
La Comisión sobre la Recuperación Económica y Social de Andalucía por la covid-19 ha nacido herida de muerte. Los dos grupos de la oposición, PSOE y Adelante Andalucía, abandonaron el grupo de trabajo en su jornada de constitución tras conocer que el Gobierno andaluz cedía a Vox la presidencia de la misma a fin de garantizarse la mayoría en las sucesivas votaciones.
El diputado de Vox Manuel Gavira sería el encargo de presidir la "gran alianza", en palabras del presidente de la Junta, a pesar de que su grupo había manifestado en reiteradas ocasiones que no participaría de los trabajos, en la línea de lo expresado por su formación en el Congreso de los Diputados, y había votado en contra de su creación en el Pleno del Parlamento andaluz el pasado 6 de mayo. Su incomparecencia en la misma, sin embargo, habría dejado en minoría al Gobierno de PP y C's frente a los grupos de la oposición, por lo que tras el pacto la portavoz de Adelante Andalucía, Inmaculada Nieto, subrayó la "fragilidad" del Ejecutivo de Moreno Bonilla, al que considera "rehén de Vox".
Antes de que tuviera lugar la votación por la cual se elegiría al parlamentario de Vox como presidente de la mesa, PSOE y Adelante Andalucía abandonaron la sala y adelantaron que, de consumarse entre el Gobierno y sus socios, no participarían en los trabajos de la comisión.
Posteriormente, ambas formaciones han exigido a Moreno Bonilla que rectifique. En esta línea, el coordinador general de IU Andalucía y portavoz de Adelante Andalucía ha reclamado al presidente de la Junta de Andalucía que "reconozca su fracaso" y ha subrayado que la comisión "debía servir para buscar esos consensos con las fuerzas democráticas", en lugar de darle la presidencia "a una fuerza política sin talante democrático y que ya dijo que no se creía esta comisión".
Este nuevo episodio de la política andaluza, que se suma a la aprobación de un decreto que modifica más de 20 leyes andaluzas durante la pandemia, pese al rechazo de la oposición, pone de nuevo en cuestión la voluntad de diálogo y la moderación de Moreno Bonilla. Además, el regalo de la presidencia a la ultraderecha pone en evidencia que el Gobierno andaluz prefiere adoptar las decisiones para el futuro de Andalucía con el apoyo de Vox que a través del diálogo con las fuerzas de la oposición.